Elecciones europeas
Los abstencionistas intermitentes marcarán el resultado
La participación en los comicios de hoy vendrá marcada por que quienes votan en otras elecciones lo hagan también
La participación en los comicios de hoy vendrá marcada por que quienes votan en otras elecciones lo hagan también
Durante la campaña electoral de las europeas, PP y PSOE no sólo han tenido que luchar entre ellos sino también contra el gran enemigo común que proyecta su sombra sobre sus esperanzas: la abstención, una lacra endémica a buena parte de las elecciones al Parlamento Europeo que se han celebrado en España y que, además de amenazar los resultados de las dos grandes partidos políticos tradicionales, es el principal obstáculo para que nuestro país haga escuchar su voz con fuerza en esta institución central en la Unión donde es indispensable que los dos dos grandes grupos parlamentarios (precisamente el popular y el socialista) vayan de la mano y donde, en un hemiciclo con 751 escaños, los partidos minoritarios se diluyen y desaparecen. La abstención se nutrirá mañana principalmente de la desafección que en los electores han generado cinco años de profunda crisis económica y las medidas que han sido necesarias para empezar a superarla.
La previsión para la jornada del 25 de mayo está en un 42%, 4 puntos por debajo del índice de participación de las últimas elecciones europeas en 2009, en las que votó el 46% del censo. En las dos últimas elecciones al Parlamento Europeo la participación ha sido muy inferior a la registrada en las anteriores cuatro citas con las urnas. En el periodo 1987 a 1999 la media de participación en las elecciones europeas fue del 61.3%, mientras que la media en lo que llevamos de siglo XXI bajó al 45.55%.
Estas tasas de participación podrían hacer pensar que hay una población de abstencionistas regulares en aumento. En realidad, las encuestas indican al contrario: los abstencionistas crónicos son poco numerosos (entre el 12% y el 15% de los censados). La mayoría de los que son contabilizados como abstencionistas en unas elecciones determinadas son, por tanto, votantes más o menos intermitentes. El que se prevea una tasa de participación para hoy del 42% no se debe, por lo tanto, a un comportamiento homogéneo de todos los electorados. Las medidas de pragmatismo económico a las que se han visto avocados los gobiernos de España –tanto el actual como el anterior– y los autonómicos, provoca que PP y PSOE sean los más castigados por la abstención. Mientras, los partidos que no han asumido el peso del gobierno, tanto central como autonómico, mantienen su capacidad de movilización electoral. Los votantes de las opciones políticas que no han tenido que gobernar –o lo que, en un contexto de crisis, viene a ser lo mismo: tomar medidas de control del gasto público– acudirán con todos sus efectivos a votar con la percepción de que Europa, y por lo tanto España, tiene una alternativa a las actuales políticas. Por el contrario buena parte de los votantes de las formaciones con responsabilidades políticas, actuales o recientes, podrían decidir no participar, manifestando de esta manera su contrariedad por los efectos de las políticas de austeridad, pero, y esto es clave, sin cambiar de opción política. Por lo tanto los grandes perjudicados por la abstención del domingo 25 de mayo serán los principales partidos políticos de ámbito nacional y periférico, los que se alternan en el gobierno en los diferentes niveles de la Administración.
Se da la paradoja de que es precisamente en el Parlamento Europeo (con 751 escaños) es donde, para que se hagan valer los intereses de una miembro de la Unión, más importancia tiene contar con una presencia de peso en los dos grandes grupos parlamentarios (el popular y el socialista) es crucial. En efecto, en Bruselas solo salen adelante políticas que cuentan con el apoyo del Grupo Parlamentario del Partido Popular Europeo y del del Partido Socialista Europo. Los pequeños partidos muchas veces acaban diluyéndose en las filas del Grupo Mixto.
Parece probable que esta noche, la del escrutinio, la pista central la ocupen las formaciones minoritarias, que se apresurarán a cantar el fin del bipartidismo. De hecho, desde semanas antes del día de los comicios, sin saber el resultado, ya están ensayando su discurso. Sin embargo, todo parece indicar que lo que veremos hoy será un crecimiento porcentual de aquellos partidos que no han asumido las responsabilidades directas de gobierno en esta difícil coyuntura. Pero, y esto es significativo, estos partidos minoritarios no verán aumentado aumentado en su conjunto el número de votantes que obtuvieron en las últimas elecciones generales de noviembre de 2011. Esta circunstancia facilitará la ceremonia de la confusión que protagonizarán partidos y coaliciones que verán cómo multiplican sus porcentajes y escaños en comparación con las europeas de 2009. En realidad se trata de una situación transitoria. Los analistas coinciden en que en el momento que empiece a recuperarse la economía, la confianza del electorado en las grandes fuerzas políticas tradicionales (tanto de implantación nacional como regional) se irá acentuando, al menos en porcentaje y probablemente también en número de votantes.
¿De qué factores depende la abstención?
El comportamiento de los electores a la hora de decidir participar o no en la decisiva cita electoral de hoy depende de múltiples parámetros, entre los que destacan los relacionados con las condiciones de organización de los escrutinios. El alcance de las consecuencias asociadas o asignadas a los resultados, los candidatos, su notoriedad, los vínculos que han establecido con los electores, la presencia de representantes de las diversas orientaciones políticas, los pronósticos más o menos inciertos sobre los resultados, la cobertura informativa, la sencillez del modo de escrutinio, el día escogido para organizar la consulta, la organización de elecciones simultáneas, el contexto social o político, y bien otros factores propios a cada escrutinio de cada tipo de elección en cada municipio o región, son algunos de los factores más decisivos.
Los números de la jornada electoral
54 escaños en juego
En esta ocasión, debido a la legislación europea, los primeros datos de los resultados no se conocerán hasta las once de la noche, cuando se habrá escrutado ya más del 90 por ciento de los votos. En España elegimos hoy a un total de 54 eurodiputados que nos representarán en el Parlamento Europeo.
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