Política

Cataluña

Valenciano, blusa azul y Cañete, corbata roja

Los candidatos de los dos principales partidos, PP y PSOE, han coincidido hoy en acudir al debate electoral con los colores del contrincante: Miguel Arias Cañete, con una corbata rojo PSOE, y Elena Valenciano, con una blusa azul PP.

¿Un guiño a la "gran coalición"PP-PSOE de la que habló Felipe González? ¿Un gesto premeditado para desarmar al adversario? Ha sido lo primero que los espectadores han visto hoy al llegar al plató de los estudios Buñuel donde se ha celebrado el que será el único cara a cara televisado antes de las elecciones europeas del 25 de mayo.

Eso, y la amplia sonrisa de ambos, que han posado para los fotógrafos estrechándose la mano durante unos minutos para sentarse, a continuación, alrededor de una mesa semicircular presidida por la periodista María Casado.

La moderadora les ha preguntado si afrontaban el cara a cara con ganas -"Con todas", ha respondido Cañete mientras que Valenciano añadía "Desde luego"-, ha recordado que el debate se ha retrasado dos días por el asesinato de la presidenta de la Diputación de León, Isabel Carrasco, y ha dado paso a los candidatos.

El hecho de que ambos hayan elegido hoy los colores del contrincante ha sido sólo una anécdota porque los dos, Valenciano y Arias Cañete, han dedicado el grueso de sus intervenciones a defender con ardor las políticas que, en los últimos años, han desarrollado sus respectivos partidos al frente del Gobierno.

Ha sido un debate retrospectivo y no de futuro, de repasar los fallos del adversario frente a los logros del propio Gobierno respecto a la crisis económica, las políticas sociales o el papel de España en Europa.

Apenas han esgrimido cuadros, fichas o papeles -Cañete lo ha hecho en al menos dos ocasiones-, aunque ambos han barajado cifras, especialmente el aumento del número de parados en la última legislatura y en los dos años y medio de Gobierno de Rajoy.

El candidato del PP, que ha leído buena parte de sus intervenciones, se ha mostrado tranquilo e interesado en lo que decía su contrincante, a la que no interrumpía, mientras que Valenciano sí lo ha hecho, con comentarios que, en una ocasión, han provocado una llamada al orden de la moderadora.

La candidata del PSOE, que consultaba datos pero no los leía directamente, ha ganado presencia a lo largo de un debate que ha comenzado algo nerviosa.

¿De qué han hablado? o mejor...¿De qué no han hablado? De la corrupción, por la que han pasado de puntillas, y de Cataluña y sus aspiraciones soberanistas, que ni han mencionado.

La crisis y sus efectos en la ciudadanía, el aborto, la inmigración, la ley de seguridad ciudadana, la ley de justicia universal, la dependencia, las pensiones o la política agraria común han tenido cabida en los 57 minutos que ha durado el cara a cara, el primero y único que celebrarán los candidatos antes del 25 de mayo, fecha de acudir a las urnas.

Arias Cañete ha esgrimido, ante todo, datos económicos para destacar que la economía vuelve a crecer y que España crea empleo.

Valenciano ha atacado especialmente los recortes en derechos y libertades, y ha reprochado incluso al candidato del PP el machismo de una frase que dijo en su día: "Los regadíos hay que manejarlos como a las mujeres, con mucho cuidado, que le pueden perder a uno".

"Es una interpretación torticera", le ha respondido inmediatamente el exministro quien ha añadido que la frase que él dijo no respondía a ese textual.

Ha sido casi el único enfrentamiento personal que han mantenido.

La última parte, el último minuto, lo han dedicado ambos a los votantes, a los que se han dirigido directamente.

Valenciano, para recordarles que con su voto pueden conseguir "la Europa que España necesita"y abogar "por una Europa con rostro humano".

"Usted dirá si le he convencido, en todo caso buenas noches y muchas gracias", ha concluido Cañete.

Son ellos, los espectadores, los otros protagonistas del debate. Mañana, cuando se conozcan los datos sobre la audiencia, comenzarán los análisis políticos.