Cataluña

Ruptura con el Estado o elecciones

El candidato Torra, promete «construir un estado independiente» y redactar una «Constitución» mientras su «jefe» Puigdemont avisa de que convocará a las urnas en octubre si sigue la «persecución».

El candidato de JxCat a ser investido presidente de la Generalitat, Quim Torra, vota durante la primera sesión del debate de investidura en el Parlament. EFE/Quique García
El candidato de JxCat a ser investido presidente de la Generalitat, Quim Torra, vota durante la primera sesión del debate de investidura en el Parlament. EFE/Quique Garcíalarazon

El candidato Torra, promete «construir un estado independiente» y redactar una «Constitución» mientras su «jefe» Puigdemont avisa de que convocará a las urnas en octubre si sigue la «persecución».

Quim Torra se presentó ayer en el Parlament como candidato a la presidencia de la Generalitat con un discurso muy duro y pensado para convencer a la CUP, con referencias constantes a Carles Puigdemont y la promesa de «construir un estado independiente» en el marco de esta legislatura. De no ser así, la respuesta del independentismo es clara y viene dictada desde Berlín: nuevas elecciones en otoño.

«Seremos leales al mandato del 1-O y lucharemos por alcanzar el estado independiente en forma de república». Así se presentó Quim Torra en una primera sesión de investidura bronca, de reproches constantes entre el bloque independentista y el constitucionalista y en la que el ex responsable de Òmnium Cultural no consiguió la mayoría absoluta necesaria (68 escaños) para convertirse en presidente de la Generalitat. Ahora le toca enfrentarse a una segunda ronda condicionada por el voto de la CUP, otra vez decisiva en el devenir de la política catalana.

En su carta de presentación Torra redobló el pulso con el Estado, se dirigió solo al electorado independentista e incluso cargó contra el rey Felipe VI. El candidato de JxCat empezó su discurso de forma solemne y recordando a Puigdemont, de quien dijo que «debería ser él quien estuviera aquí» y al que presentó como «nuestro presidente». Una declaración de intenciones dictada desde el núcleo duro de Junts per Catalunya, que se ha propuesto mantener el foco mediático sobre su líder de forma constante. «Persistiremos, insistiremos y lo investiremos», aseguró Torra, quien fijó como primer objetivo «restituir al presidente legítimo de la Generalitat.

La segunda meta del independentismo es «iniciar un proceso constituyente» que desemboque en la elaboración de una hipotética «Constitución» catalana. «Cuando el 155 se levante no tendremos ninguna excusa para trabajar sin descanso por la república», insistió el candidato de JxCat para luego declararse «leal» al mandato del 1 de octubre, a la declaración de independencia suspendida y a los resultados del 21 de diciembre. «Se trata de una oportunidad única que pocos países tienen en su historia», resumió Torra en un discurso que también buscó apelar a la épica para ir conformando el relato. «No renunciéis a vuestra libertad, defendedla pacífica y radicalmente», llegó a decir en un mensaje dirigido a los catalanes independentistas.

Como primera medida del nuevo Govern en caso de ser investido, Torra confirmó la creación de una comisión que evalúe los «daños» del artículo 155 en la Generalitat «y en todo el territorio» dependiente del departamento de Presidencia, seguramente en manos de la diputada Elsa Artadi. El presidenciable de JxCat también anunció que quitará la demanda contra Mas por el 9-N –presentada bajo el paraguas del artículo 155– y en la que se reclaman cinco millones de euros.

En este sentido, el segundo gran eje del discurso de Torra fue atacar al Estado, con referencias constantes a la «represión» y al que acusó de haber actuado de forma «indecente» y «chapucera». El ex presidente de Òmnium, además, culpó al Gobierno del encarcelamiento de líderes independentistas y pidió su libertad en varias ocasiones.

Pese a pedir «diálogo» al Gobierno de Rajoy, Torra incluso recordó unas palabras que pronunció cuando era el rey Felipe VI Príncipe de Asturias para acabar reprochándole su actuación respecto a los hechos del 1-O. «Hay presos políticos, exiliados y investigados. Votamos el 1-O y el 21-D y no se respeta el resultado. Majestad, así no», dijo parafraseando a Puigdemont.

De hecho, fue el propio ex president quien desveló la hoja de ruta a seguir a partir de ahora en una entrevista en «La Stampa»: Quin Torra convocará elecciones a partir del 27 de octubre «si el Gobierno español sigue con la persecución». Es decir, la estrategia pasa por mantener el pulso con el Estado para volver a citar a los catalanes a las urnas en otoño, coincidiendo con el posible juicio a todos los dirigentes independentistas encausados. La fecha del 27 de octubre no es casual, es el primer día hábil que Torra podría convocar de ser investido president.

En la entrevista, Carles Puigdemont también explica que fue un «error» no declarar la independencia inmediatamente tras el 1-O –lo hizo pero la suspendió inmediatamente a la espera de mediación– de que Torra se encargará de desplegar la república, un mensaje que demuestra la influencia del ex president en el nuevo Ejecutivo. En su discurso, Torra también se refirió al otoño de forma velada y apuntó otra fecha clave: las elecciones municipales de primavera del año que viene. De hecho, otra de las estrategias que se barajan dentro del independentismo es mantener la escalada de tensión unos meses más para hacer coincidir un posible adelanto electoral con los comicios municipales de mayo.