Podemos
Errejón incumplió el código ético al cobrar más de tres salarios mínimos
Superó el tope de 1.900 euros que estipula Podemos para cargos internos
Antes incluso de lograr cinco eurodiputados en las elecciones europeas del pasado mes de mayo, Podemos ya aseguraba que ninguno de sus altos cargos cobraría más que la suma de tres salarios mínimos interprofesionales (establecido en 645 euros), es decir, unos 1.900 euros. Hasta el punto de que acabó convirtiéndose en uno de los pilares de su programa electoral para las europeas y Pablo Iglesias, actual secretario general de la formación, hizo de esta promesa una de sus principales proclamas. «Ningún eurodiputado se atreverá a decir que en España no se puede vivir con 1.930 euros al mes, sobre todo, cuando te pagan las dietas», llegó a decir el líder de Podemos sobre su salario como eurodiputado. Dicho y hecho. Tras las elecciones, incluso anunció que el resto de su salario de 8.020 euros como diputado lo donaría a «La Tuerka», el programa de actualidad que se emite por internet y que ha apadrinado durante su hasta ahora corta trayectoria. Y una iniciativa a la que también se sumó la «número dos» de Podemos en la Eurocámara, al anunciar que donaría la misma cantidad a algunos sindicatos.
Casualidad o no, el caso es que esta medida «imprescindible» hace unos meses para dar ejemplo de austeridad en el Parlamento europeo quedó en el olvido en el primer borrador de principios éticos que presentó el equipo de Iglesias, integrado también por Íñigo Errejón, en la Asamblea Ciudadana de la formación. Tuvo que ser el Círculo de Granada el que alertara de esta ausencia en el primer texto. Miguel Bermejo, integrante del equipo técnico de Iglesias, admitió que la limitación de que los cargos nunca podrán cobrar más de tres veces el salario mínimo no formaba parte del primer documento porque «siempre hay cosas que se te escapan» y, en todo caso, «estamos encantados de que la gente colabore». Nada hacía presagiar entonces que la propuesta podría volverse en contra de uno de los baluartes de la formación.
El 80,71 por ciento de los simpatizantes de Podemos eligió el borrador de principios éticos del equipo de ClaroquePodemos en la Asamblea Ciudadana celebrada recientemente. Un documento de cinco páginas que pretende servir de guía y de «código ético» de la formación, ya que, como recoge en su preámbulo, «la pertenencia a Podemos implica un compromiso ético con los valores centrales de la iniciativa que deberá ser suscrito por todas las personas que quieran participar en ella». Incluido, se entiende, el de su flamante secretario de Política y una de las cabezas visibles del proyecto, Íñigo Errejón. Pero que, sin embargo, podría haber ya incumplido ese compromiso ético. En concreto, el referido a los cargos electos y cargos internos de Podemos que aceptarán «la limitación que se establezca con carácter general sobre el número de funciones públicas que pueda desempeñar una única persona y a recibir un único salario por las mismas, salvo que sumen menos de tres salarios mínimos».
Y es que Errejón, según publicó el diario «El Mundo» el pasado lunes, estuvo cobrando 1.825 euros mensuales de la Universidad de Málaga por un proyecto de investigación sobre vivienda en Andalucía. Emolumentos que se sumaron a los 7.476 euros que le pagó su formación entre abril y julio, mientras estuvo contratado por la Universidad de Málaga. Fechas en las que superó con creces los 1.935 euros que Podemos siempre ha defendido como tope salarial, no sólo para sus eurodiputados, sino también ahora para sus cargos internos. Concretamente, Podemos le abonó –según consta en la página web– 2.688 euros en mayo por «servicios de asesoramiento político en campaña electoral»; la misma cifra se le abonó en julio por «asesoramiento junio y julio»; por último, por «servicios profesionales» recibió en abril otros dos pagos de 900 y 1.200 euros. Así las cosas, desde abril a julio, Errejón habría cobrado de dos trabajos distintos más de los 1.900 euros que su propio código ético estipula como máximo.
La Universidad de Málaga será la encargada de decidir si finalmente uno de los ideólogos más influyentes de la formación pudo vulnerar la Ley de Incompatibilidades al participar en un proyecto de investigación para el que estaba contratado y que le exigía 40 horas semanales de dedicación. Pero lo que es seguro es que durante cuatro meses incumplió el recien adquirido «compromiso ético» de Podemos. Porque, como suele decirse, los códigos éticos –también este– están para incumplirlos.
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