”España cada vez huele más a orgullo”

El creador de Gotas de España, Rafael Povo, quiere recoger en este perfume el olor del renacer del patriotismo y el orgullo español contra la demonización de la bandera

Recientemente miles de ciudadanos se concentraron en la madrileña plaza de Colón envueltos en la bandera de España, que ha vuelto a ondearse sin complejos en señal de protesta contra su demonización. Es el renacer del patriotismo, un sentimiento que huele y que ha llevado a Rafael Povo a crear, desde Madrid, un perfume en su honor. «Gotas de España» es una fragancia también para mujeres –y próximamente para hombres– que en su envoltorio tiene anudado un lazo con la rojigualda, de la que cuelga un corazón bañado en plata que late al compás del orgullo de sentirse español. Su lanzamiento ha causado un gran revuelo, sobre todo en las redes sociales, donde el «community manager» contesta a cada uno de los mensajes.

–¿Cómo son estas gotas?

–Frescas, suaves y originales.

–¿A qué huele España?

–Esa es la pregunta del millón (risas). Cada lugar huele diferente, hay miles de aromas. No pretendo que cuando la gente huela esta fragancia piense que huele a España. El objetivo es que este olor se termine identificando con un perfume que tiene personalidad propia.

–No me refiero al perfume...

–España cada vez me huele más a orgullo. La gente está aprendiendo a amar aquello de lo que hasta hace poco se avergonzaba. Todo lo extranjero parece mejor, pero lo cierto es que no estamos tan mal.

–¿Necesita nuestro país perfumarse?

–Necesita refrescarse. España tiene muchas cosas de las que sentirse orgulloso. Tenemos que luchar para que desaparezca aquello de lo que nos abochornamos y para que el optimismo termine triunfando.

–¿En España qué huele mal?

–(Risas) De eso prefiero no hablar. Además, cuando algo huele mal, si le echas perfume huele peor. Pero no creo que España tenga más cosas que huelan mal que otros países.

–Dice que el perfume se trata de «una humilde contribución a la defensa de la imagen y de los valores de nuestra bandera». Sin embargo, muchos reniegan de ella...

–Se está usando la bandera como un arma de combate, cuando debería emplearse para unir, tanto en los momentos de crisis como en los de alegría. En cualquier caso, quien reniega de su bandera normalmente es porque quiere agitar otra. En España la sensación de unidad podemos representarla con muy pocas cosas, salvo con la bandera.

–¿Qué representa?

–La bandera de España representa el orgullo de ser español. Y si no representa eso, no representa nada.

–¿Usted por qué se siente orgulloso de ser español?

–Hay mil razones. Desde la más banal, como podría ser el deporte, hasta la más profunda, que es la solidaridad. El ejemplo más claro es la donación de órganos, en lo que somos el primer país del mundo.

–¿Qué española le gustaría que usara este perfume?

–(Risas) No me lo he planteado, pero para mí lo fundamental es que estemos recibiendo pedidos tanto desde Barcelona capital como desde un pueblecito de Cáceres.

–Venga, ande, mójese.

–No. A mí me encantaría que algún personaje público lo pidiera y compartiera en las redes sociales. Pero cuanto más genérico sea, mejor para una marca. A los famosos se les ama o se les odia. Por eso algunos ayudarían y otros limitarían el público objetivo.

–¿Quién no le gustaría que se perfumara con «Gotas de España»?

–Tampoco me voy a mojar ahí (risas). Cualquiera que desee usarlo, bienvenido sea. No somos excluyentes con nadie. Estamos teniendo tanto éxito por nuestra valentía. Muchas marcas podrían haber sacado este producto, pero quizá no se han atrevido. En las redes sociales también estamos recibiendo muchos mensajes negativos. Y respondemos a todos ellos de una manera simpática y amable.

–Pues ya le puede pagar bien al «community manager»...

–(Risas) Somos socios. Muchos se han acercado a nosotros en las redes sociales a las malas, para molestar, y el «community manager» les ha reconducido educadamente.

–¿A quién enamoraría esta fragancia?

–Me gustaría comprobarlo. Por San Valentín vimos dedicatorias muy bonitas en las que mezclan el orgullo de sus parejas con el orgullo de sentirse español. Fue un baño de legitimidad.