Política

Leganés

Una matanza huérfana de cerebros

La Razón
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Se desconoce la identidad de los ideólogos del 11-M y de quién dio la orden de cometer la matanza.

¿Quién dio la orden? ¿Cuántos terroristas se subieron en los trenes? ¿Quiénes eran además de Jamal Zougam? ¿Quién ideó la matanza? ¿Qué tipo de dinamita estalló en los trenes? ¿Qué terrorista fue el encargado de comprar los móviles con los que se cometieron los atentados? Diez años después del 11-M y 19 condenados en sentencia firme, quedan aún un puñado de incógnitas por despejar y dos procedimientos judiciales aún abiertos, uno en la Audiencia Nacional (donde se coteja cualquier huella que pueda tener relación con la masacre) y otro en el Juzgado de Instrucción número 39 de Madrid (por una denuncia de Zougam por falso testimonio contra dos testigos protegidos que le identificaron en los trenes). Éstas son algunas de las principales interrogantes sin respuesta:

¿Quién dio la orden?

En el banquillo de los acusados se sentaron tres procesados señalados como los terroristas que idearon el atentado: Rabei Osman «El Egipcio», Youssef Belhadj y Hassan El Haski. Cada uno se enfrentaba a penas de 39.000 años de cárcel como inductores de los 191 asesinatos. Pero ninguno fue condenado por este motivo y «El Egipcio», incluso, resultó absuelto. El Haski y Belhadj fueron condenados únicamente por pertenencia a banda armada, a 14 años de cárcel el primero y a doce, el segundo. ¿Fue Serhane «El Tunecino»? ¿Fue Allekema Lamari? Quizá nunca se sepa con certeza.

¿Quién puso las bombas?

La sentencia condenó a dos acusados como autores materiales (más el ex minero Suárez Trashorras como cooperador necesario), pero sólo a uno se le sitúa en los trenes: Jamal Zougam. La sentencia identifica a siete personas, entre terroristas huidos y los que se suicidaron en Leganés, «y una octava persona que no ha sido identificada, junto con otras que se dirán».

Junto a Zougam, otro firme candidato a ser condenado como autor material era Abdelmajid Bouchar. La sentencia considera acreditado que huyó del piso de Leganés donde se suicidó el núcleo de la célula islamista y que en la cabaña de Morata de Tajuña (Madrid) donde se guardaron los explosivos dejó restos de su ADN y huellas dactilares. Pero, sin embargo, la único testigo que le identificó en los trenes se retractó en su declaración durante el juicio. No fue condenado como autor material. Sí lo fue Otman El Gnaoui, pero el tribunal tampoco lo sitúa en los trenes, sino que le imputa «actos nucleares» para la comisión de los atentados.

Por último, otro interrogante sobre uno de los terroristas: ¿Quién era el hombre que se cambió de ropa frente a la estación de Vicálvaro minutos después de colocar «una o más bombas» en los trenes?

¿Cómo llegaron los terroristas?

La Fiscalía defendió en su escrito de acusación definitivo que los terroristas se desplazaron hasta la estación de Alcalá de Henares en dos vehículos (una Renault Kangoo y un Skoda Fabia) y que desde allí se distribuyeron en los distintos trenes. El tribunal no compartió esa tesis, aunque precisó que eso no le impedía llegar a conclusiones jurídicas «iguales o muy similares». No obstante, tampoco hay certeza de cómo se desplazaron a las estaciones los integrantes de la célula. Eso sí, los detonadores hallados en la Kangoo abandonada en la estación de Alcalá permitieron llegar hasta mina Conchita.

¿Qué dinamita se utilizó?

Los explosivos utilizados procedían en su mayoría de la asturiana mina Conchita, pero tras una exhaustiva pericial al tribunal no le quedó más remedio que admitir que no se puede precisar qué tipo de dinamita estalló en los trenes, aunque este hecho no les impidió llegar a delimitar «la intervención de los procesados en los hechos». La mayoría de los peritos coincidió en que el explosivo era Goma 2-Eco y Goma 2-Ec, pese al hallazgo de restos de Titadyn, al que algunos se aferraron para intentar implicar a ETA en los atentados, versión ésta descartada completamente por el tribunal.

¿Quién compró los móviles?

Al menos nueve tarjetas de Amena utilizadas por los terroristas provenían del locutorio que regentaba Zougam en Lavapiés (Madrid). Pero, ¿quién compró los nueve móviles? El individuo que los adquirió en Madrid ocho días antes del 11-M sigue sin identidad.

¿Cómo se montaron los explosivos?

El Gnaoui y Jamal Ahmidan «El Chino» construyeron el agujero donde se guardaron los explosivos de mina Conchita en la cabaña de Morata de Tajuña. Pero, ¿fueron ellos los que se encargaron de montar los dispositivos explosivos?