Valencia
Feijóo no pactará hasta el Congreso y Casado pide libertad de voto
La división dentro de las comunidades obliga a otros líderes regionales a no marcarse en público.
La división dentro de las comunidades obliga a otros líderes regionales a no marcarse en público.
El sentido del voto que fije el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, en el Congreso del PP de julio puede ser decisivo en quién gana la batalla sucesoria de Mariano Rajoy. Es el apoyo deseado por todos los candidatos, y ayer confirmó que ya se habían puesto en contacto con él María Dolores de Cospedal y Soraya Sáenz de Santamaría, además de otro candidato, presuntamente Pablo Casado. Los tres «favoritos». No obstante, en «Más de Uno», en Onda Cero, Feijóo aclaró que «probablemente» tenga ya claro a quién dará su aval, pero prefiere «esperar a que termine la campaña» para posicionarse en público. «Mientras nuestros compañeros en toda España no voten, no creo que debamos, al menos yo, tomar una posición», indicó. Por esta pose de neutralidad hasta que el día 5 de julio voten los militantes también se han decantado otras organizaciones regionales como la cántabra o la valenciana. Los líderes regionales miden en este cónclave sus fuerzas y en bastantes casos tienen que gestionar territorios divididos en el sentido de su voto. Así están Andalucía, País Vasco, Valencia o Cantabria, por ejemplo.
Feijóo no quiso desvelar a quién apoyará, pero en la serie de entrevistas que concedió se malinterpretaron unas declaraciones suyas en el sentido de que estaría dispuesto a presidir el partido en 2020. Aclaró, a posteriori, que será leal al próximo líder y que, «sin duda», será el «candidato» a la Presidencia del Gobierno en las elecciones generales del año 2020. En esta etapa tan crítica sólo le faltaba al PP dejar la puerta abierta a que después de la decepción que ha supuesto el «no» de Feijóo a competir por la sucesión de Rajoy, esta arriesgada competición interna se cerrase con dudas sobre quién será el candidato a las próximas generales.
Por cierto, la campaña arranca con cruce de indirectas entre los principales candidatos. Salvo el ex ministro José Manuel García-Margallo, que desde hace tiempo viene construyendo un discurso alternativo a las políticas del Gobierno de Rajoy, los demás aspirantes principales están vinculados a la etapa del hoy ya ex presidente, no se diferencian ideológicamente en cuestiones clave, o, al menos, no lo han manifestado nunca, y tampoco representan un cambio radical sobre la etapa anterior. Ahí, el que tiene apariencia de más nuevo es Pablo Casado, sobre el que sigue presionando la investigación respecto a su máster. Ayer reclamó a los dirigentes regionales y provinciales que favorezcan la libertad de voto, y se reivindicó como el candidato de las bases y de la unión. Cospedal contestó a quienes cuestionan su empuje electoral por haber tenido que desgastarse en defender la posición del PP frente a los casos de corrupción. Entre líneas interpretaron que se refería a Sáenz de Santamaría. Ésta, por su parte, subrayó que los sondeos la sitúan, junto a Feijóo, en la mejor colocada para recuperar la Presidencia del Gobierno. Margallo siguió en su línea de enmienda a la figura de Sáenz de Santamaría. Todos los aspirantes tendrán que recorrer todas las comunidades autónomas antes del día 5 y ya han empezado a «tirar» de las redes sociales para dar aire a sus candidaturas.
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