
Fiasco en Moncloa
Feijóo retrata a un Sánchez que "conduce a una autocracia"
La vía de que el PP pueda recurrir ante los tribunales queda abierta. El líder del PP exige al presidente que ponga "fin a sus alianzas" para garantizar la seguridad de España y de la Unión Europea

La distancia que los separa es de máximos. «No es que los puentes estén rotos, es que en Moncloa hay un muro». De esta manera se expresaban fuentes del PP ayer para explicar la gravedad de la situación tras comprobar que Pedro Sánchez está dispuesto a esquivar al Congreso –ante su soledad– para aumentar el gasto en Defensa. Feijóo acudió a La Moncloa para decir «basta» ante la deriva del Gobierno. Y tras la reunión, el presidente del PP no escatimó en adjetivos para retratar a un jefe del Ejecutivo que se encuentra sin apoyos, pero que es capaz de dirigir a España hacia una «autocracia» para continuar en el poder.
El relato de Feijóo dibujó un choque de trenes total, mientras que Sánchez optó por usar un tono más tibio en su comparecencia. El jefe de la oposición explicó que la situación es muy compleja y que el Gobierno no cuenta con un proyecto y «está dispuesto a gobernar prescindiendo del Parlamento».
Sin voluntad de diálogo
Feijóo salió de Moncloa con más dudas que certezas, en la que fue la primera cita con Sánchez en quince meses. Fue una reunión breve e improductiva, en la que la mayoría de incógnitas se quedaron, según su versión, sin respuesta. Feijóo dijo que había recibido «cero información» del Gobierno sobre cómo financiar el incremento del gasto militar, los plazos o las fórmulas para ejecutarlo. Sí hay una evidencia clara para él, y es que Sánchez «no tiene voluntad de diálogo» ni tampoco «respeto por la fuerza mayoritaria».
Así, lejos de consensos, el presidente del PP salió de Moncloa con la convicción de que Sánchez prevé incrementar el gasto en Defensa sin que previamente lo haya autorizado el Parlamento. Sánchez está «obligando a asumir en legislaturas posteriores cuantías enormes de dinero público y eso es contrario a una democracia», advirtió. «Estamos yendo a una deriva muy peligrosa, en la que el único poder es el Ejecutivo», censuró. Fuentes del PP aseguran que la posibilidad de que el aumento de la inversión en Defensa no sea ratificado por el Congreso es «políticamente un asalto» y, jurídicamente, «espurio». En el aire queda la posibilidad de que el Partido Popular pueda recurrirlo ante los tribunales. Aunque se trata de un debate todavía prematuro, dado que el Gobierno no ha presentado aún la fórmula que empleará para cumplir con sus compromisos con Bruselas.
La cita entre Sánchez y Feijóo, de apenas media hora de duración, terminó con más de una decena de preguntas realizadas por Feijóo y que se quedaron sin respuesta. El presidente del PP salió de La Moncloa sin que Sánchez le aclarara nada sobre el porcentaje de PIB que tiene que alcanzar la inversión militar, ni qué incremento debe tener el actual presupuesto del Ministerio de Defensa. Tampoco conoce los plazos estipulados para obtener ese presupuesto o cómo se va a ejecutar año a año. No contestó Sánchez sobre qué partidas se estipularán o cómo se financiarán, es decir, si con más impuestos por parte de los ciudadanos o con un reajuste del presupuesto de gasto. «No he obtenido ninguna respuesta», lamentó el presidente del PP.
Preguntas precisas y necesarias, puntualizan en su partido, puesto que Feijóo «aspira» a gobernar este país. En su entorno advierten también de que los compromisos de Sánchez trascienden a su propio gobierno.
Además, el escenario confuso es lo que lleva al líder de la oposición a sentenciar que es «muy difícil» llegar en el futuro a ningún pacto. «No se puede tomar en serio un plan que no existe ni acompañar a quien no pide apoyo ni da información», criticó. De hecho, el presidente del PP quiso dejar claro que no firmará «un cheque en blanco» a Sánchez. Gobierno y principal partido de la oposición comparten la necesidad de aumentar el presupuesto en Defensa, pero, según resaltó Feijóo, no a cualquier precio y tampoco para servir de «muleta al Gobierno» y salvar a Sánchez del descrédito en Europa por su debilidad ante el rechazo de sus aliados en el Congreso de los Diputados.
Feijóo sí salió de Moncloa con la sensación de que Sánchez puede volver a llamarle para tratar este asunto. De cara a nuevas conversaciones, le exige que «decida» entre «más seguridad y más soberanía» o «seguir» el camino que le marcan sus socios. «Pretender las dos cosas al mismo tiempo es imposible», avisó. En el PP explican que, si el presidente quiere de verdad negociar la política en Defensa, debe plantear una negociación «seria» y «sin engaños». «El PP está dispuesto a dialogar, siempre que las formas y el fondo sean limpios y serios. Esto no lo ha sido».
De la cita entre el Gobierno y la oposición, Vox –el único partido no invitado a la ronda de contactos– buscó sacar rédito y de paso ahondar en su estrategia de erosionar al líder de la oposición. Santiago Abascal acusó a Feijóo de seguir dando oxígeno a Sánchez por haber accedido a hacerse la foto en Moncloa. No debió de escuchar el duro mensaje con el que el líder popular valoró el encuentro con el presidente del Gobierno. «Somos un partido de gobierno y siempre atenderemos a nuestras responsabilidades institucionales», sentencia el PP.
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