Pilar Ferrer
Génova asume que «hay que recuperar la calle»
El PP espera que los datos sean un «puro espejismo de verano», pero reconoce que el discurso económico no es suficiente
El PP espera que los datos sean un «puro espejismo de verano», pero reconoce que el discurso económico no es suficiente
Ni un paso atrás en la gestión del gobierno y más acción política. Es el análisis que hacen varios ministros y altos cargos del PP tras la última encuesta el CIS. «Un puro espejismo de verano», dicen algunos no sin antes reconocer que los populares deben aún pagar alguna factura por la corrupción, pese a que esta encuesta se realizó antes de la declaración de Mariano Rajoy en la Audiencia Nacional por el caso Gürtel y que, según fuentes de Moncloa, reforzó la figura del presidente. Lejos de amilanarse por este sondeo, en la cúpula del partido opinan que gozan de un suelo electoral muy consolidado, incluso con tendencia a crecer por lo buenos datos económicos, y que este aviso demoscópico revela dos cosas: necesidad de recuperar la calle y una acción ya definitiva ante el desafío de Cataluña.
Según ha sabido este periódico, la encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas fue conocida por el presidente del gobierno y su núcleo duro «dónde tenían que estar y con absoluta normalidad». Rajoy en su retiro de Ribdumia, la vicepresidenta Soraya Saénz de Santamaría en Portugal, y la secretaria general del partido, María Dolores de Cospedal, en tierras malagueñas. Precisamente en Andalucía, dónde veranean la mayoría del los ministros del Ejecutivo y muchos dirigentes del PP, la encuesta del CIS se interpreta como un nuevo eslabón de división en el PSOE, en medio del aún latente pugilato entre Pedro Sánchez y Susana Díaz. «El problema de liderazgo lo tienen ellos, no nosotros», aseguran los populares.
El análisis de este barómetro ofrece al PP unas pautas claras: recuperar la calle y actuar con contundencia en Cataluña. Dos premisas que ya puso de relieve Rajoy en el último Comité ejecutivo del partido, aunque algunos «barones» territoriales detectan cierta tibieza. Sin embargo, dirigentes de Génova trece afirman que el guión está definido: «Hay que recuperar la calle y dar una respuesta contundente en Cataluña». Algunos dirigentes regionales le ha hecho llegar estos últimos días a Rajoy su preocupación por el conflicto catalán, y el presidente les ha dicho lo mismo: «Sé lo que tengo que hacer, cómo y cuando». Frente a quienes critican cierta inacción de Rajoy, en Moncloa responden que las respuestas están controladas a su tiempo y bajo el imperio de la ley.
En el equipo de guardia que mantiene estos días la cúpula de Moncloa, el PP y el grupo parlamentario del Congreso, la encuesta no les da ningún dolor de cabeza. Bien al contrario, el análisis es que motiva a sus afiliados, moviliza al electorado y desatasca la abstención. «Es de un antibiótico de triple efecto», dicen en la cúpula del PP, conscientes de que este sondeo puede pegar un vuelco en unos meses. La amenaza de un frente popular de extrema izquierda, liderado por un Pedro Sánchez en manos absolutas de Pablo Iglesias con el apoyo de los partidos separatistas es un freno enorme en unas elecciones, opinan en Moncloa y el PP.
Aún así, las voces críticas existen. Varios «barones» regionales destacan que no todo es el discurso económico. «Mucha macroeconomía y poco llegar a la gente», dicen algunos de ellos en velada censura a las políticas impositivas de Cristóbal Montoro y demasiado laxas con Cataluña. «Ante su chulería ilegal, asfixia económica legal», advierte un presidente autonómico del PP. Entre este grupo de «gurús» regionales subyace la opinión de que desde Madrid, y en especial desde el ministerio de Hacienda, se impone una línea dura del Fondo de Liquidez autonómica (FLA). «Lo único que les importa es la pela y no el 155», dicen en relación al desafío catalán.
Así las cosas, la postura del gobierno y el PP sobre la encuesta del CIS es clara: más acción política sin olvidar el buen auge de la economía. Cercanía al ciudadano, dónde según fuentes del PP Mariano Rajoy intensificará una campaña en otoño junto a su agenda internacional, y un fuerte desembarco en Cataluña del gobierno y altos cargos del partido en vísperas del uno de octubre. «Todo calculado», dicen en Moncloa, máxima maquinaria de la agenda del presidente. Sobre este sondeo no albergan dudas: «Es buena para nosotros». La campaña de movilización comenzara en septiembre y el PP tiene ya diseñado un plan de atención ciudadana para incentivar a los afiliados, electorado potencial e indecisos.
Además de su agenda exterior, Rajoy tiene previsto una gran presencia en Cataluña, dónde precisamente, Soraya Sáenz de Santamaría sigue siendo la ministra del gobierno mejor valorada. El gobierno piensa que ante las provocaciones independentistas su estrategia es la mejor. Y que esta encuesta es un «espejismo» que dará un vuelco total en unos meses. «Nuestro techo electoral es el más consolidado», aseguran sin dudarlo.
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