Gran Rey

Siendo gobernador civil de Asturias, conocí al niño SAR Felipe de Borbón, que hoy se ha convertido en nuestro Rey. El trato que he tenido con él a lo largo de los años desde mis diversas responsabilidades políticas ha generado en mí el gran aprecio y respeto personal que tengo por quien es ya Don Felipe VI.

Este sentimiento se une a la gran estima profesional que le tengo y al convencimiento de que va a ser el gran Rey con el que los españoles nos vamos a enfrentar a los retos que tenemos planteados como nación para los próximos años.

Cuenta con el prestigioso e indiscutible legado del Rey Don Juan Carlos, con una preparación en todos los órdenes acorde a la alta responsabilidad que va a ostentar, con el apoyo de la Reina Letizia, que va a ser la mejor aliada en el ejercicio de su tarea, y con un respaldo y conocimiento internacional sólido, especialmente de nuestras naciones hermanas de Sudamérica.

Y cuenta nuestro Rey, sobre todo, con un profundo conocimiento de los españoles, de sus ilusiones y sus preocupaciones, que nace de su admiración y amor por España. A lo largo de los últimos años, Don Felipe VI siempre ha demostrado su cercanía a los españoles, especialmente a los que más sufren. Por ello quiero destacar el especial cariño y compromiso que siempre ha expresado con quienes han perdido a un ser querido por la sinrazón terrorista. Todos guardamos en la retina las imágenes de Don Felipe acompañando a las víctimas del terrorismo. Le hemos visto junto a los familiares de los fallecidos en los terribles atentados del 11-M y al lado de los padres de Miguel Ángel Blanco en el cementerio de Ermua. Sus palabras aquel día aún resuenan en nuestros corazones cuando dijo que el dolor de la familia Blanco, extensivo a todas las víctimas del terrorismo, era el dolor de su familia y de los españoles.

Por todo ello, y con toda seguridad, con Felipe VI los españoles vamos a tener un gran Rey.