Honor al «padre de los turcos»

Mariano Rajoy comenzó su actividad oficial en Angora (nombre español de la capital turca, Ankara) rindiendo honores a la memoria de Mustafá Kemal llamado Ataturk, «padre de los turcos», un apelativo que solo puede utilizarse en Turquía en referencia al primer presidente de la República por prohibición expresa del Parlamento. Sobre las 14:15 hora española, el presidente del Gobierno recorrió los 262 metros del «Camino de los Leones», la avenida flanqueada por 24 estatuas de leones sedentes diseñadas por Huseyin Özkan con el objeto de «preparar a los visitantes para la presencia espiritual de Ataturk», como señalan solemnemente los carteles informativos del complejo. El «Camino de los leones» desemboca en el Anitkabir, el colosal mausoleo esculpido en mármol travertino que contiene los restos de Ataturk, centro de peregrinación laico en una república que ha construido en torno a la figura de su fundador –cuya carismática sonrisa luce repetida hasta el infinito en cada esquina del país– el símbolo cultural que sirve de nexo de unión a una nación que, con un pie en Asia y otro en Europa, cuenta con 77 millones de habitantes de los que solo un 70% son de etnia turca.

Mariano Rajoy depositó una corona de flores en señal de respeto hacía la memoria del primer presidente de la República de Turquía y, acompañado del ministro de Interior turco, Efkan Ala, y la embajadora de Turquia en Madrid, Ayse Sinirlioglu, visitó el museo dedicado a la obra de Ataturk, que cuenta entre sus piezas más llamativas, con el yate y el imponente Cadillac Serie 80 que utilizó en vida «el padre de los turcos». Rajoy, que estuvo acompañado por los ministros de Defensa, Interior y Fomento, firmó en el libro de honor del Anitkabir y expresó su «admiración y la de todo el pueblo español» por la figura de Ataturk. «Que su ejemplo por haber logrado una Turquía unida y moderna nos sirva de referencia para saber que con determinación, trabajo y tesón es posible superar todo tipo de dificultades», manifestó Rajoy.