Elecciones Generales 2016

Iglesias mantiene su órdago: ministros por «síes»

El partido reunirá el próximo lunes a su órgano ejecutivo para decidir sus pasos ante una futura investidura. Pese a su bajada opta por una posición de fuerza.

Iglesias en una imagen de archivo. Ayer no compareció ante los medios. Foto: Efe
Iglesias en una imagen de archivo. Ayer no compareció ante los medios. Foto: Efelarazon

El partido reunirá el próximo lunes a su órgano ejecutivo para decidir sus pasos ante una futura investidura. Pese a su bajada opta por una posición de fuerza.

Ayer, Podemos trataba de reconstruirse del fracaso político que arrojaron las urnas. Pocos eran los que en la formación se atrevían a valorar los resultados del domingo. La agenda del partido confirmaba que ningún portavoz saldría a dar declaraciones públicas para evitar comprometer las futuras negociaciones que a partir de ahora deberán producirse, más en privado que en público, según aseguró la noche electoral el propio Pablo Iglesias.

Tocaba en la jornada del lunes hacer reflexión, tomarse con calma y digerir los resultados difíciles. Sin embargo, a priori, los ánimos parecían calmados en la formación, repiten ya como mantra que, a pesar de los 29 escaños menos y los casi un millón y medio de votos perdidos, se había «conseguido frenar a la derecha».

Era momento también de comenzar a hacer sumas posibles de cara a entrar en un futuro gobierno con el PSOE. En Podemos ayer lo veían factible, se insiste en el ya famoso «los números dan» que constantemente repetía Pablo Iglesias antes de la moción de censura que aupó a Sánchez. Pero estas ideas quedaban cercadas con la contundencia con la que el PSOE avisaba ayer mismo de que estaba dispuesto a gobernar con sus 123 escaños, es decir, solo negociando un pacto de investidura y no uno de legislatura, lo que despojaría a Unidas Podemos de entrar en un gobierno de coalición. Unas declaraciones que ayer se cogían con pinzas en la formación morada. Trataban de quitar hierro a estas posiciones. Asumían las palabras de los de Sánchez, y vaticinaban que el PSOE no movería ficha para conformar un gobierno hasta después de las elecciones autonómicas y municipales. Sin embargo, una idea clara en el seno de la formación era la de condicionar el apoyo para mantener al presidente en La Moncloa a un futuro gobierno estable en el tiempo. Así, según ha podido saber este diario, de momento el partido no presionará al Partido Socialista para no confrontar ni hacer peligrar una negociación que debe ponerse en pie, no tratarán tampoco de exigir ahora, algo que ven obvio que ocurra –llegar los de Iglesias a carteras ministeriales–si se articula un gobierno de izquierdas. Por ello, durante estos días de reflexión, aseguran que servirán para guiar su estrategia política de cara a un pacto. Confían en una suma con PSOE, PNV, Compromís e incluso el Partido Regionalista de Cantabria para asegurarse su sitio en el Ejecutivo.

En todo caso, según decidió ayer la Ejecutiva del partido reunida a puerta cerrada por la tarde, será el próximo 6 de mayo cuando el Consejo de Coordinación de Podemos, el órgano ejecutivo del partido, abordará el escenario abierto tras las urnas y decida posicionarse y lanzar su órdago al PSOE.