La Guardia Civil no halla al etarra Elizarán en su casa

La Guardia Civil no encontró ayer en su domicilio del barrio de Intxaurrondo de San Sebastián al etarra Aitor Elizarán Aguilar, lugar al que se trasladaron los agentes por orden de la magistrada de la Audiencia Nacional Carmen Lamela, con el fin de proceder a su detención. La decisión de la jueza se produjo después de recibir en su despacho una llamada de la abogada del terrorista para comunicarle que éste se encontraba en su domicilio desde el mismo día que llegó a España, tras haber sido entregado por las autoridades francesas al haber cumplido la condena allí impuesta, y a disposición de la Justicia.

Sin embargo, los agentes comprobaron, cuando iban a ejecutar el mandamiento judicial, que el etarra no se encontraba en esos momentos en su domicilio, situación que, al cierre de esta edición, se mantenía.

Pese a ello, la hipótesis con la que se trabaja tanto en la Audiencia como en medios de la investigación es que Elizarán intente presentarse de forma voluntaria ante la magistrada Lamela el próximo lunes, para no tener que comparecer ni ante el juez de guardia ni en dependencias policiales. En todo caso, las fuentes citadas dejaron bien claro que «en el momento en que se le localice, sea donde sea, se procederá a su detención para ser conducido» ante la jueza.

Una vez en la Audiencia, se le notificará su procesamiento en la causa donde también se imputó a otro ex dirigente de ETA por lesa humanidad, procedimiento que ahora ha sido desglosado entre los seis juzgados. En esa comparecencia, la Fiscalía solicitará su puesta en libertad en provisional, aunque la decisión final la adoptará la magistrada Carmen Lamela, ya que la acción popular, ejercida por Dignidad y Justicia, pedirá su ingreso en prisión.

Elizarán se hizo cargo de la jefatura del «aparato político» de ETA tras la detención de Mikel Albizu, «Mikel Antza». Pocas semanas antes de que la banda anunciara el «alto el fuego definitivo», a finales de 2011, este terrorista participó en la compra de tres misiles tierra-aire por un valor total de 100.000 euros, según la documentación encontrada en su poder en el momento en que fue arrestado, el 19 de octubre de 2009.