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La Guardia Civil interviene diez millones de papeletas del referéndum

La policía detiene a dos personas relacionadas con el material electoral de la consulta

Fotogafía facilitada por el Ministerio del Interior de parte de las papeletas que la Guardia Civil se ha incautado en una nave industrial del municipio Bigues i Riells, en Barcelona.
Fotogafía facilitada por el Ministerio del Interior de parte de las papeletas que la Guardia Civil se ha incautado en una nave industrial del municipio Bigues i Riells, en Barcelona.larazon

La Guardia Civil ha requisado entre nueve y diez millones de papeletas para votar 'Sí/No' en el referéndum del 1 de octubre suspendido por el Tribunal Constitucional que estaban almacenadas en una nave de Bigues i Riells (Barcelona)

Con el eventual referéndum del 1 de octubre como telón de fondo, el Gobierno y la Generalitat llevan varios días jugando al gato y al ratón a propósito de la logística de la consulta. Ayer, sin ir más lejos, la Guardia Civil requisó entre nueve y diez millones de papeletas destinadas a la votación en una imprenta de Bigues i Riells, un pueblo de apenas 9.000 habitantes a unos 40 kilómetros al norte de Barcelona.

Nada más conocerse la noticia, curiosos y vecinos comenzaron a apiñarse ante la imprenta impidiendo así la salida de las nueve furgonetas que custodiaba la Guardia Urbana. Al poco rato ya eran un centenar y, al grito de “votaremos”, la sentada era lo bastante numerosa como para necesitar de la presencia de los Mossos d’Esquadra para desalojara los manifestantes. En la nave se encontraba el secretario judicial y el propietario de la imprenta, el empresario Pau Furriol Fornells, detenido por la Benemérita. Francesc, un vecino del pueblo, llevaba la voz cantante y dirigía a los presentes llamando constantemente a la resistencia pacífica. Era mediodía y seguía llegando gente. Sobre todo jóvenes que salían del colegio. Ricard, un chico de 15 años con una estelada a modo de capa, comentaba que tendrían que haber traído cadenas. A su lado, un matrimonio de jubilados les explicaba que ni siquiera durante la dictadura habían vivido algo así. “Al menos no en el pueblo”, puntualizaba el marido. Otro manifestante sugería que trajeran a los Mossos desde Barcelona, “si son los del pueblo no se van a dar mucha prisa”. Mientras, varios manifestantes traían agua a los protagonistas de la sentada para sobreponerse al sol de justicia que azotaba.

La espera se amenizaba con cánticos que se han hecho habituales en estas semanas como “¿dónde están las papeletas?” o Els Segadors, el himno de Cataluña.

Hacia las cuatro de la tarde hicieron acto de presencia los agentes de los Mossos y alcalde de la población, Joan Galiano, se reunía con los agentes a unos 200 metros del cordón policial. Los manifestantes, a su vez, aprovechaban para cantar “Mossos sentaros con nosotros”.

Al poco, el alcalde se situó entre la protesta y los agentes de la Guardia Civil para dirigirse a los presentes: “La fotografía que quieren es la de los Mossos quitando gente. Pero eso no nos representa. Nuestra fotografía es la del 1 de octubre. Y tendremos papeletas, porque no las encontrarán. Votaremos”. Por lo que invitó a sus paisanos a desalojar pacíficamente la calle. Así, las nueve furgonetas consiguieron abandonar el polígono escoltados por la Guardia Civil sin más dificultades. “La Guardia Civil no se ensuciará las manos, serán los Mossos. Mejor dejarlos pasar”, señalaba una señora. Otro de los manifestantes se dirigió a los presentes para invitarles a bajar a Barcelona. “Tenemos que ir a la conselleria de Economía, de ahí sí que no pueden salir”, decía en referencia a la multitudinaria manifestación que se congregó espontáneamente a las puertas del departamento que dirige Oriol Junqueras.

En el marco de esta operación, y hasta el momento, la Guardia Civil ha detenido a 17 personas, entre ellos algunos altos cargos del Govern y se están practicando 22 registros en conselleries, instituciones de la Generalitat y empresas.