La mayoría da la espalda al estado catalán

Si hay algo en lo que CiU y ERC discrepan es sobre si hay que poner o no fecha a la consulta soberanista. Esquerra presiona para que Artur Mas elija un día, no más allá de 2014, para celebrar el referéndum de autodeterminación.

Si hay algo en lo que CiU y ERC discrepan es sobre si hay que poner o no fecha a la consulta soberanista. Esquerra presiona para que Artur Mas elija un día, no más allá de 2014, para celebrar el referéndum de autodeterminación. Pero el president de la Generalitat se resiste, no quiere convocar la consulta hasta tener una mínima garantía de que puede ganar con una holgada mayoría. «No quiero un resultado como el de Québec», comenta en sus discursos en los que el «sí» obtuvo un 49,6% y el «no», un 50,4.

«No habrá independencia sin amplias mayorías», avisa a los soberanistas. Y, a día de hoy, las «amplias mayorías» de las que habla Mas no existen.

El último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), sobre el panorama catalán tras las elecciones autonómicas , revela que el «sí» a la independencia no llegaría ni al resultado que logró Québec. Aunque crece un tres por ciento, los partidarios de que España permita a Cataluña «convertirse en estado independiente» –esta es la fórmula que utiliza el CIS para preguntar sobre la independencia–, sólo el 40 por ciento de los catalanes apoya la autodeterminación.

A pesar de que la opción de que España reconozca a las comunidades Autónomas la posibilidad de convertirse en estados independientes es la preferida, se queda lejos de las expectativas de Mas. Seis de cada diez catalanes no quieren la independencia.

Modelo agotado

Los resultados que arroja el CIS no coinciden con los del Centro de Estudios de Opinión (CEO) de la Generalitat de Cataluña, que dice que en un eventual referéndum el «sí» lograría un 55,6 por ciento y el «no», un 23,4 por ciento. En el CEO, tanto los partidarios de la independencia, como los detractores suben, en la medida en que la gente tiene más claro que votaría y los indecisos disminuyen.

En lo que sí coinciden ambos sondeos es en que el modelo territorial actual no convence. El 25,6 por ciento quiere que las autonomías tengan más capacidad de autogobierno; un escaso 17,6 por ciento se conforma con el modelo actual, mientras que un 3,4 por ciento apuesta por que las autonomías tengan menos poder y un 9,1 por ciento por eliminarlas.

Otro dato que Mas debería tener en cuenta en su proyecto soberanista es que la mayoría de los catalanes, un 34,5 por ciento, se siente tan catalán como español. Un 25 por ciento se siente únicamente español y otro 25 por ciento, más catalán que español. Sólo un 6 por ciento se siente únicamente español y un 5 por ciento más español que catalán.

Mas tiene ante sí a una sociedad dividida, la mitad se siente nacionalista y la otra mitad, no. Al inconveniente de que el proyecto estrella de su legislatura, el derecho a decidir, se le ha convertido en una bomba de relojería, tiene que hacer frente a una crisis sin final que amenaza a la mayoría de gobierno europeos. Mas insiste en agotar la legislatura, en un intento de ganar tiempo y revertir los sondeos que, por primera vez en la historia, dan la victoria a ERC y no a CiU. El CIS desvela que en las últimas elecciones, en las que CiU perdió 12 escaños, la mayoría de los indecisos dudaron entre CiU y ERC. También señala que el 79 por ciento volvería a votar lo mismo. Especialmente preocupante para Mas es que el 48 por ciento de los catalanes diga que su gestión es mala y sólo un 17 por ciento opine que es buena. El CIS avala la tesis de Josep Antoni Duran Lleida, que los soberanistas prefieren el original (ERC) a la copia (CiU). El 42 por ciento vería bien una coalición entre CiU y ERC. Sólo un 10 por ciento valora que CiU gobierne en solitario. El político mejor valorado es Oriol Junqueras ERC, con un 5,86. Le sigue el «outsider» David Fernández (CUP), con un 5,58. Mas suspende con un 4,86.