La Policía intercepta explosivos a los organizadores del asalto al Congreso

MADRID-En vista de que han perdido apoyos, la Plataforma ¡En Pie! –los convocantes del asedio de esta tarde al Congreso– lleva tiempo tratando de radicalizarse para provocar mayor impacto. En esta línea, pretendían comenzar el famoso 25-A ayer, es decir, empezar su ofensiva desde el 24-A. Ya sobre la una de la madrugada, tres jóvenes fueron detenidos en Ciudad Universitaria tras ser sorprendidos con artefactos explosivos frente a la facultad de Ciencias de la Información, en una sucursal del Banco Santander. José Daniel de Ceano-Vivas, de 23 años y con antecedentes por atentado contra agente de la autoridad el año pasado, Miguel Fernández Jiménez y Joaquín Vigueras Villar, ambos de 21 años, fueron detenidos mientras preparaban algún artefacto sospechoso con tres botellas de vidrio (de cerveza), transformadas aparentemente en cócteles molotov y un contenedor azul con líquido posiblemente inflamable, según fuentes policiales. Los tres pertenecen al grupo radical Corriente Roja, según las mismas fuentes. En la sucursal bancaria había pintadas del tipo: «Si se hacen los suecos, nos haremos los griegos» o «25-A, Asedia el Congreso». Pero durante el día también siguieron los preparativos. La Policía Nacional interceptó en un aula de la facultad de Ciencias Políticas de la Complutense, en el campus de Somosaguas, seis artefactos tipo petardos y, en la otra punta de la región, otro más. Los Tedax tuvieron que acudir a una nave de Correos de la carretera de Villaverde a Vallecas al descubrirse una falsa granada. Ante la sospecha, los agentes policiales explosionaron el artefacto incendiario, según fuentes policiales.

El lado más radical de los convocantes pretende organizarse desde distintos puntos para planear su particular guerrilla contra la Cámara Alta. En la web de la Plataforma ¡En Pie! hay un mapa del Congreso y sus aledaños dividido en zonas: rojas o calientes (las más «conflictivas» y donde hay «más probabilidad de una carga policial»), las naranjas o tibias (un poco más alejadas del perímetro, donde «hay que estar alerta») y las amarillas o frescas (las más «tranquilas» y alejadas del Congreso, donde aconsejan colocarse a quienes vayan a practicar la «resistencia pasiva»). No obstante, advierten de que este plan «está sujeto a cambios en función de la estrategia policial». Y, aunque les han «fallado» otros colectivos afines para la cita de hoy, sí vienen grupos radicales desde Galicia, como el colectivo de Presos Independentistas Gallegos (Ceivar), el Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT), desde Barcelona, Asturias y Castilla y León.

Menos pero más violentos

La delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, alertó de que se pueden producir situaciones violentas en la convocatoria por parte de sus promotores, que además cree que pueden incurrir en delitos contra las instituciones del Estado, penados con varios años de cárcel. «Los madrileños tienen que saber que en el entorno del Congreso es previsible que se produzcan situaciones de violencia, tal y como están anunciando los propios convocantes a través de las redes sociales porque van a ejercer la violencia utilizando además todo tipo de instrumentos, herramientas y artilugios que tengan a su alcance», dijo Cifuentes.

La delegada aludió al manual de guerrilla urbana que los promotores de la concentración, la plataforma ¡En Pie!, han publicado en su web, un manual en el que «están incluso hablando de un tipo de cóctel molotov que se pueda adherir a las prendas de los policías».

«Confío y me consta de la profesional de la Policía Nacional que van a tratar de evitar este tipo de situaciones, pero como la intención de los convocantes es realizar acciones violentas yo obviamente, no puedo decir lo que tienen que hacer a las personas, pero a mis hijos les recomendaría que no fueran a la plaza de Neptuno mañana (por hoy) a partir de las 6 horas», apuntó, informa Ep.

Por su parte, el jefe superior de la Policía de Madrid, Alfonso José Fernández Díez, considera que la convocatoria constituye «un salto cualitativo» porque «entre los propios grupos más radicales han tenido disensiones y han quedado aquellos grupos que sí están dispuestos en un momento determinado al ejercicio de la violencia para conseguir sus fines».