Política

La política que ¿merecemos?

Los españoles confiamos más en los banqueros que en nuestros políticos. Y en los médicos, los policías, los militares, los jueces... Casi cualquier profesión está mejor considerada, pero ¿no son solo un reflejo de la sociedad?

La política que ¿merecemos?
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Los españoles confiamos más en los banqueros que en nuestros políticos. Y en los médicos, los policías, los militares, los jueces... Casi cualquier profesión está mejor considerada, pero ¿no son solo un reflejo de la sociedad?

La Fundación BBVA ha elegido un momento más que oportuno para publicar la primera parte de su estudio «Valores y actitudes en Europa acerca de la esfera pública». Ha sido una semana de vértigo desde el punto de vista informativo, pero también de decepción generalizada. La falta de miras y de sentido de Estado de nuestra clase política nos aboca a unas nuevas elecciones, las cuartas en cuatro años. Mientras, crece a pasos agigantados la desafección de los ciudadanos por nuestros dirigentes. Pero, ¿se trata de una característica exclusiva de nuestro país? El documento presentado por el BBVA pone en contexto el descreimiento español con la situación de Reino Unido, Francia, Alemania e Italia. La conclusión, previsible, es que en todas partes cuecen habas y que la falta de confianza en los políticos es una epidemia que amenaza también a otros socios del proyecto europeo. El 55 por ciento de los españoles, el 69% de los franceses y el 75% de los italianos cree que la clase dirigente ya no es lo que era y que no defienden los intereses comunes. También hay un enorme consenso en los cinco países sobre que la hoja de ruta de nuestros líderes está centrada en sus propios asuntos y no en la búsqueda del bien general.

Hasta aquí la letanía y la queja. Porque si tenemos unos políticos que, supuestamente, no nos merecemos, ¿no cabe la posibilidad de que, también nosotros, estemos haciendo algo mal? La clase dirigente más alabada de nuestra historia, la única que goza de un consenso casi sin fisuras, es la que lideró la transición de la dictadura a la democracia. Sin embargo, no es menos cierto que aquella sociedad de la década de los 70 también era otra. Vivían, se informaban y participaban en la vida pública de una manera bien diferente a la actual. Y es que los datos de la encuesta del BBVA dejan a España e Italia a la cola en cuanto a implicación en la esfera política. Al parecer, nosotros somos más de manifestaciones en la calle y huelgas laborales que de colaborar en asociaciones y hacer llegar nuestros comentarios a la autoridad correspondiente. No hay ninguna duda pues de que no estamos contentos con nuestros políticos, pero también nosotros dejamos bastante que desear.

Las claves

El umbral de confianza en los políticos es de 3,2 sobre 10 en España, mientras la media en Alemania, Francia, Italia y Reino Unido europea se sitúa en el 3,8.