Política

Zaragoza

La sanguinaria etarra del «comando Madrid»

Participó en atentados como el de Sáenz de Ynestrillas o el de plaza de República Dominicana al paso de un convoy de la Guardia Civil.

Inés del Río Prada, la etarra que ha llevado hasta el Tribunal de Estrasburgo la 'doctrina Parot', es una sanguinaria etarra del 'comando Madrid' que fue condenada en España a 3.828 años de prisión por un total de 24 asesinatos cometidos durante su participación en atentados tan cruentos como el de la plaza de República Dominicana de Madrid en el que fallecieron 12 guardias civiles.

Nacida en Tafalla (Navarra) en 1958, Inés del Río fue una de las integrantes del histórico 'comando Madrid' a mediados de los años 80 junto a etarras como Iñaki de Juana Chaos, Antonio Troitiño, Soares Gamboa o Belén González. Su recurso es el que obligará al Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) a pronunciarse sobre el futuro de la doctrina que hace que los beneficios penitenciarios deban aplicarse a la totalidad de las condenas y no al tiempo máximo de estancia en prisión, 30 años.

Conocida con los alias de 'Nieves' o 'Pequeña', fue detenida en julio de 1987 en Zaragoza tras haber logrado huir seis meses antes de una operación en la que los GEOS asaltaron el piso de Madrid en el que se escondían los etarras y donde fueron detenidos seis terroristas: Cristina Arrizabalaga, María Teresa Rojo Paniego, Troitiño, Esteban Esteban Nieto, Inmaculada Noble Goicoechea y De Juana Chaos.

El primer atentado por el que Inés del Río fue condenada es el del coronel del cuerpo jurídico militar del Ejército de Tierra Vicente Romero y su chófer, Juan García Jiménez, abatidos a tiros en junio de 1985. Ese mismo día, falleció el miembro del Tedax Esteban del Amo García como consecuencia de una bomba trampa colocada por los terroristas en el coche con el que huyeron del primer atentado. La terrorista fue condenada a 58 años de prisión por estos hechos.

Sólo un mes después, Del Río participó en el atentado del vicealmirante de la Armada y director general de Política de Defensa Fausto Escrigas, por el que fue condenada a otros 48 años de cárcel por la Audiencia Nacional.

ATENTADOS DE LA CALLE JUAN BRAVO O SAENZ DE YNESTRILLAS

En septiembre de ese mismo año, el 'comando Madrid' hizo estallar un coche bomba en la plaza de República Argentina de Madrid al paso de un autobús ocupado por guardias civiles. Sin embargo, el único fallecido como consecuencia de la explosión fue el estadounidense Eugene Kenneth Brown, que practicaba deporte en las inmediaciones.

Otro de los atentados más sanguinarios en los que participó Inés del Río es el de la calle Juan Bravo de Madrid, en el que fallecieron cinco guardias civiles encargados de la vigilancia de las embajadas de Estados Unidos e Italia.

Ya en junio de 1986, el coche en el que viajaba el comandante del Ejército de Tierra Ricardo Sáenz de Ynestrillas junto al teniente coronel Carlos Vesteiro y el soldado conductor Francisco Casillas fue ametrallado por dos miembros de ETA, un atentado por el que Del Río fue condenada a 87 años de prisión.

DOCE MUERTOS Y CASI 80 HERIDOS

El último de los atentados en los que se le relaciona es el de la plaza de República Dominicana, cometido un año antes de su detención. El 14 de julio de 1986, el 'comando Madrid' estacionó una furgoneta bomba que hicieron estallar al paso de un convoy de vehículos de la Guardia Civil compuesto por un autobús, un minibús y un todoterreno.

Como consecuencia de la explosión, fallecieron doce agentes de la Benemérita y otras setenta y ocho personas --entre transeúntes y guardias civiles-- sufrieron heridas de diversa consideración. En este atentado, Inés del Río participó en las labores de vigilancia y preparación del explosivo y fue condenada a más de 2.200 años de prisión.

REDENCIÓN DE PENAS

En concreto, el Tribunal de Estrasburgo examinará si la aplicación de la 'doctrina Parot' a Inés del Río se ajusta al Convenio Europeo de Derechos Humanos, que es vinculante para los 47 estados miembros del Consejo de Europa.

A partir de la 'doctrina Parot', las redenciones de pena se pasaron a aplicar sobre el total de las condenas impuestas y no sobre el tiempo máximo de cumplimiento en prisión por lo que los etarras han visto alargadas sus estancias en prisión.