San Sebastián

Las víctimas, a Urkullu: «No somos cifras, sino personas inocentes»

Covite exige al lendakari que matice, con nombres y apellidos, quiénes son los «muertos» por vulneraciones de derechos humanos

La presidenta de Covite, Consuelo Ordoñez, hermana del dirigente del PP asesinado por ETA en San Sebastián
La presidenta de Covite, Consuelo Ordoñez, hermana del dirigente del PP asesinado por ETA en San Sebastiánlarazon

El Colectivo de Víctimas del Terrorismo del País Vasco exige al lendakari, Iñigo Urkullu, que especifique, con nombres y apellidos, cada uno de los «muertos» por vulneraciones de derechos humanos que figuran en el informe que presentó el pasado 14 de junio.

«Son cifras, clasificaciones, sin nombres de víctimas ni de sus asesinos, porque los datos veraces informan, no pueden hacer daño». Así, con estas palabras, el lendakari, Iñigo Urkullu, justificaba y daba veracidad a un informe sobre vulneraciones de derechos humanos en el «caso vasco». Documento que hablaba, entre otras cosas de que la «violencia de intencionalidad política» ha generado 1.004 muertes. De éstos, 837 a manos de ETA, 94 atribuidos a las Fuerzas de Seguridad y 73, a grupos parapoliciales y de extrema derecha.

El objetivo de este informe era, según explicó el lendakari, garantizar la «verdad, justicia y reparación» de las víctimas sin «equiparar ni discriminar». Pero lejos de eso, lo que ha provocado el documento y las palabras de Urkullu es malestar. Y así se lo ha hecho saber el Colectivo de Víctimas del Terrorismo del País Vasco (Covite) hoy, a través de una carta al jefe del Ejecutivo vasco, rubricada por la presidenta de este colectivo, Consuelo Ordóñez.

En la misiva, el colectivo dice estar interesado en conocer «de modo completo, con nombres y apellidos» a cada uno de los que figuran en el informe como «muertos» por vulneraciones de derechos humanos. Aducen que sólo han tenido acceso a las cifras y que para hacer un relato concreto de décadas de terrorismo en el País Vasco es imprescindible «matizar quiénes forman parte de ese informe y por qué». Así, «en aras de la transparencia», Covite insiste en que de nada sirven cifras aisladas.

Más aún, se muestran tajantes con el lendakari: «Las víctimas no somos cifras, sino personas inocentes con historias que en unos casos los terroristas alteraron de forma brutal». De ahí que exijan tener acceso al informe completo, con nombres, apellidos y una descripción de por qué se integra a cada damnificado en cada uno de los grupos de los que habla el documento.