PP
Los candidatos revisan sus campañas
Génova admite que debe depurar el censo pero no acepta cambiar las reglas para el Congreso.
Génova admite que debe depurar el censo pero no acepta cambiar las reglas para el Congreso.
El recuento de la cifra de afiliados inscritos en el censo con derecho a voto en el proceso de sucesión de Mariano Rajoy interfiere directamente en la agenda de los principales candidatos, obligados ante un porcentaje tan bajo de masa electoral a ajustar sus campañas a aquellos nichos con más militantes con capacidad de decisión. La radiografía electoral afecta a los «tanteos» en el poder territorial que se están haciendo desde algunas candidaturas para orientar a su favor el proceso congresual. Pero también a la actividad de los propios candidatos. Cada uno con su cartel personal como principal diferencia con respecto a sus contrincantes, la campaña entra en su última semana sin que se haya perfilado un contraste de proyectos, al margen de ciertos codazos con los que en algún caso han intentado marcar su terreno. La ex secretaria general y ex ministra María Dolores de Cospedal se ha centrado en hacer que cale la idea de que es la verdadera representante del partido; el ex vicesecretario Pablo Casado ha convertido en elemento de tensión su lucha contra el poder orgánico a modo de abanderado de la regeneración; y la ex vicepresidenta es a la que más se está identificando con el Gobierno de Rajoy y con la defensa de su herencia.
Mientras, a Génova no le quedó ayer más remedio que aceptar que está obligada a depurar el censo de sus militantes ya que el bajo porcentaje de afiliados inscritos ha puesto en evidencia que el censo total que han manejado durante años está inflado. Sáenz de Santamaría apuntó a Cospedal y a Casado porque son ellos, según dijo, los que estaban en el partido, y defendió la necesidad de hacer un análisis de la situación y proponer cuestiones para el futuro. Santamaría reconoció que una vez pasado el Congreso «habrá que trabajar para ampliar la base» del partido con una campaña de afiliación en la que la cuota no sea un obstáculo «para participar y opinar».
Entre las candidaturas más «contestatarias» con el poder oficial, Casado sí cedió en el pulso a Génova y renunció a su exigencia de que se revisen las reglas del proceso. Había pedido que se ampliara el plazo de inscripción, pero aseguró que «acata» los Estatutos y que «no hay que entrar en un bucle» respecto a este tema. «Yo he dicho que no es una buena noticia el número de inscritos porque me hubiera gustado que hubiera más y mi proyecto pretende, precisamente, ilusionar al partido. Y el principal síntoma de desilusión es que no se participe en un proyecto interno tan importante como es el Congreso Nacional», explicó.
Otro de los candidatos, José Ramón García Hernández, no bajó la guardia e insistió en «Espejo Público», en Antena 3, en la reclamación que presentó ante la Comisión Organizadora del Congreso extraordinario del PP para que se elimine el requisito de la inscripción previa de los militantes para poder votar el próximo día 5 de julio entre los seis precandidatos a presidir el partido. «Estoy a la espera de que la respuesta sea positiva por el bien de todos y por el bien del proceso».
La Comisión Organizadora del Congreso, que se reúne el viernes, tendrá que resolver algunas de las peticiones que le han hecho candidatos como Pablo Casado, José Manuel García Margallo o José Ramón García Hernández para ampliar los plazos y aumentar el número de participantes. En principio, la previsión es que no se realice ninguna modificación porque «las normas internas deben respetarse».
Cospedal es la que más firmemente ha defendido ese respeto a las normas internas pese a la baja participación de los afiliados. Ayer no entró en esta polémica y dirigió su mensaje a reivindicar que el PP no sea la «copia de nadie», en alusión a Ciudadanos, y se muestre fiel a sus principios, «entre los que se encuentran la libertad individual o la defensa de la unidad de España».
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