Política

El desafío independentista

«Los estudiantes se creen lo que les han enseñado en el bachillerato»

Falla la educación

La Razón
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Unos y otros historiadores coinciden en que ha fallado la educación. Ésa es una de las causas fundamentales. Se ha divulgado una idea errónea del pasado. Y muchos sienten que durante las últimas décadas no se haya hecho nada para contrarrestar lo que todos sabían que estaba ocurriendo. José Antonio Escudero, catedrático de Historia del Derecho y Premio Nacional de Historia en dos ocasiones, afirma: «En esto hay una responsabilidad general de todos los políticos de los grandes partidos nacionales, tanto los de ahora como los de antes. Este fenómeno se puso de relieve hace años y comenzó con la transferencia de las competencias educativas. En Cataluña y el País Vasco estaban enseñado una historia deformada. Se sabía, pero por conveniencia y por comodidad no han hecho nada».

–¿Y cuáles son las consecuencias?

–Pues que ahora nos encontramos con un cuerpo social, la gente, al que le han enseñado ciertas ideas en el Bachillerato y que se las cree. Y se ha estado explotando de manera consciente por los independentistas. Se ha inculcado la idea de ser siempre víctima y se ha buscado un agresor, España. Se ha enseñado una historia tergiversada y se ha creado un sentimiento de que se ha aplastado a Cataluña. Estos señores afirman que la lengua catalana fue aplastada. Escudero hace hincapié en los puntos de partida que maneja el independentismo catalán y él los rebate. La Guerra de Sucesión no fue una guerra de España contra Cataluña, sino un conflicto internacional; el Decreto de Nueva Planta de 1716 «sólo determina que los pleitos de las audiencias se hicieran en castellano o latín. No se habla más que de eso. Las jurisdicciones inferiores pueden mantener el catalán y no se dice nada de la lengua en las relaciones comerciales, en la escuela ni en ningún otro punto. Lo que los independentistas no dicen es que una de las personas que desarrolló el Decreto de Nueva Planta se llamaba Ametller y era catalán. Tampoco señalan que Llatzer de Dou, canciller de la Universidad de Cervera, llamaba a Felipe V el Solón de Cataluña y, menos, que el espíritu uniformador de España en esa época venía dictado por Luis XIV, como revela su correspondencia con Felipe V y sus embajadores en Madrid. Ahora se lo achacan a Castilla. Los independentistas plantean la Guerra de Sucesión como una guerra de Castilla contra Cataluña. Eso es una falsedad. Además, ése fue un conflicto internacional».