ETA
De «Santi Potros» a «Kantauri»: los primeros que serán acercados
Los etarras cumplen los requisitos del Gobierno: tener más de 70 años o estar enfermo.
Los etarras cumplen los requisitos del Gobierno: tener más de 70 años o estar enfermo.
El Gobierno ya dejó ver tras su segundo Consejo de Ministros que aplicaría una política penitenciaria diferente para los presos catalanes y etarras. Este anuncio velado y enclavado en un «nuevo escenario» tras la disolución de la banda terrorista ETA se disipó ayer cuando el presidente del Ejecutivo anunció que se promoverá el acercamiento de los reclusos a cárceles vascas de forma individualizada. En concreto, podrán beneficiarse de esta situación aquellos presos de avanzada edad –más de 70 años– los que padezcan una grave enfermedad y los que hayan cumplido gran parte de su condena. Estos condicionantes relegan otros que se exigían hasta ahora, para acogerse a la llamada «vía Nanclares», como renegar de la violencia o reconocer el daño causado.
Acorde con esta nueva política penitenciaria se podrá iniciar el proceso de acercamiento a cárceles vascas de hasta 24 reclusos que cumplen con los requisitos. En la actualidad, según un informe del colectivo Etxerat, hay encarcelados 27 miembros de ETA que tienen más de 60 años y tres de estos etarras sobrepasan los 70. Santiago Arrozpide Sarasola, alias «Santi Potros» (70), detenido en 1987, lleva 31 años cumpliendo condena por la masacre del Hipercor de Barcelona, que se saldó con el asesinato de 21 personas y 41 heridos. También planificó el atentado con un coche bomba contra la Dirección General de la Guardia Civil en Madrid en mayo de 1987, causando la muerte a una persona, entre otros crímenes. El también histórico etarra Joseba Aregi Erostarbe tiene 72 años y formaba junto a Francisco Mujika Garmendia la cúpula de ETA desarticulada en marzo de 1992 en Bidart. Otro de los encarcelados que ahora podrían beneficiarse del anuncio del Gobierno es Sebastian Etxaniz Alkorta, de 75 años, implicado en ocho asesinatos.
Existen también 91 presos de los 278 que se encuentran en cárceles españolas y francesas que requieren de atención médica por enfermedad, de ellos 14 padecen enfermedades graves e incurables, junto a otros ocho más que guardan el anonimato. Entre los más destacados por los crímenes que cometieron se encuentran José Javier Arizkuren Ruiz, conocido como «Kantauri» de 60 años, condenado por haber ordenado el secuestro y asesinato del concejal del PP en el Ayuntamiento de Ermua Miguel Ángel Blanco, y también el asesinato del concejal del Partido Popular de Sevilla Alberto Jiménez Becerril y de su esposa en 1998. En la actualidad presenta un diagnóstico de cardiopatía isquémica severa. Al etarra Joseba Borde, alias «Putxe», se le atribuyen una veintena de atentados entre 1978 y 1983, en los que murieron 16 personas. Se le detectó un tumor en la zona distal del colon. También Iñaki Etxebarría Martín, de 54 años, se encuentra en la lista de los más enfermos con una subluxación del cristalino. Está condenado a 477 años de prisión por su implicación en el atentado con coche bomba perpretrado en la plaza madrileña de la Cruz Verde, donde murieron cuatro militares y un radiotelegrafista civil. Al etarra Ibon Fernández Iradi, de 47 años, se le ha diagnosticado una esclerosis múltiple y se le acusa de formar parte del «comando Buruntza». Otro de los etarras enfermos es Ibon Iparragirre Burgoa, que padece lesiones neurológicas y está condenado a 299 años de cárcel por la explosión de un coche bomba en Vizcaya en 2008. El etarra Aitzol Gogorza padece trastorno obsesivo compulsivo y es considerado como uno de los implicados en el atentado contra el funcionario de Instituciones Penitenciarias Juan José Baeza.
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