PP

Los líderes del PP esperan una hoja de ruta para el «cambio»

Feijóo pide calma ante la demanda de un congreso y escuchar a Rajoy porque su opinión es «determinante» para ver qué es lo mejor para el partido

Feijóo pidió ayer al PP que «escuche» a Mariano Rajoy / Efe
Feijóo pidió ayer al PP que «escuche» a Mariano Rajoy / Efelarazon

Feijóo pide calma ante la demanda de un congreso y escuchar a Rajoy porque su opinión es «determinante» para ver qué es lo mejor para el partido.

Los focos apuntan al presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo. De inicio, de todos los nombres que se manejan, a Feijóo se le reconoce como el «sucesor natural» de Mariano Rajoy fuera de los cenáculos madrileños, en la médula del aparato territorial de la organización popular. Ayer, el dirigente gallego tuvo que volver a referirse a la crisis que atraviesa su partido. Y lo que hizo fue llamar al PP a la calma y a esperar al próximo martes para «escuchar» a su jefe de filas y ya ex presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. A su juicio, su opinión es «determinante» para «ver» qué es lo «mejor» que puede hacer el Partido Popular «por el país» y «para tener una alternativa a un Gobierno» –el de Pedro Sánchez–, que, según sus palabras, es «absolutamente inviable», informa Ep. Ayer Feijóo también tuvo que volver a responder sobre su futuro político, y lo hizo con su salida de siempre: «Estoy a disposición de Galicia y del partido, pero de Galicia». «Todo el mundo sabe que me quedan dos años de mandato y que mi compromiso es cumplir con mis obligaciones como presidente de la Xunta. Espero y deseo cumplir mi mandato y mi compromiso».

El PP es en estos momentos una olla a presión. Se mezcla la situación de desconcierto total por la pérdida del poder con la preocupación absoluta sobre su capacidad para reaccionar y aguantar en las próximas elecciones autonómicas y municipales del año que viene. Y con el miedo a que sigan pagando por los casos de corrupción y los juicios pendientes como el del caso de los «papeles de Bárcenas».

Aun así, no hay ningún movimiento de rebelión en marcha contra la dirección nacional. Ni siquiera un intento de acción concertada entre los barones. Sigue primando la «lealtad» a Rajoy por encima de las presiones que reciben de alcaldes y bases territoriales. De hecho, el único con capacidad para desestabilizar la hoja de ruta elegida por Rajoy es Feijóo, según reconocen en el PP, pero, al mismo tiempo, desmienten los rumores sobre que ya esté trabajando para abrir ese proceso. «Jamás haría nada en contra de Rajoy», coinciden en señalar varios líderes regionales.

Ahora bien, entre esos mismos líderes regionales también se escucha por primera vez la idea de que sería conveniente que Rajoy consensuase con los «barones» esa hoja de ruta para el «cambio», e incluso la preparación de un congreso nacional en el que se oriente el proceso que lleve a un nuevo liderazgo del partido. Hay un punto de inflexión que son las elecciones autonómicas y municipales de 2019.

En estos momentos la resistencia de Génova a dar un vuelco a la situación es total porque aquí no está sólo en juego la Presidencia del PP, sino la continuidad del actual equipo directivo del partido. Además del riesgo de división si las cosas no se gestionan bien y de manera consensuada. Y para eso hace falta que Rajoy también participe en la reorganización.

Por de pronto, la caída del Gobierno genera ya en primera instancia una situación que traerá tensiones de inmediato. Por un lado, implica que María Dolores de Cospedal vuelve a Génova y a intentar encargarse de la dirección del partido en el día a día. Esa tarea la viene realizando desde el último congreso el coordinador general, Fernando Martínez Maíllo, ya que la hasta ahora ministra estaba ocupada con la cartera de Defensa. De hecho, la situación ha llevado a que Maíllo sea el interlocutor directo de Rajoy para los problemas de la gestión cotidiana de la formación popular.

En cualquier caso, Cospedal tiene más suerte que otros ministros, sin responsabilidad orgánica en el partido, y que se quedan como meros diputados de a pie. Es el caso de la vicepresidenta en funciones, Soraya Sáenz de Santamaría, que ni siquiera está en el Comité de Dirección del PP. La lógica lleva a pensar que Rajoy debería hacer reajustes en el equipo, pero abrir esa veda da aire a quienes lo que demandan es un congreso extraordinario que ponga en marcha una especie de refundación.

El líder popular tiene margen para decidir y señalar el camino futuro, «pero siempre que se diga lo que se va a hacer y cuándo, siempre que sea para no continuar igual», comenta un dirigente territorial. «Si no lo hace, el malestar y las tensiones internas pueden ser insoportables», añade.

De momento, ayer las redes sociales fueron utilizadas por ministros y altos cargos nacionales y territoriales del PP para agradecer a Rajoy el trabajo realizado como presidente del Gobierno y para reivindicar su legado.