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Los puntos negros de la Policía catalana

La Razón
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La explosión en Alcanar (Tarragona) y las sospechas de la jueza de Amposta.

La fortuita explosión en la madrugada del 17 de agosto en la casa de Alcanar donde la célula terrorista preparaba explosivos no colocó a la policía de la Generalitat sobre la pista de un inminente atentado terrorista ni tampoco activó sus contactos con la Guardia Civil y Policía Nacional para intensificar las investigaciones y clarificar si la deflagración era el presagio de los siniestros atentados. Los Mossos manejaron en un primer momento la teoría de un laboratorio de drogas, una teoría que discutió la jueza de Alcanar que acudió al chalé abandonado y que expresó sus sospechas sobre terrorismo.

La peligrosidad del imán de Ripoll y los avisos de la Policía belga.

El extremismo de Abdelbaki es Satty no es detectado por los Mossos en ningún instante. A principios del años 2016, un policía belga contacta con un cuadro de los Mossos para pedir información sobre Es Satty, ya que éste intenta obtener el puesto de imán en el municipio de Vilvoorde a pesar de que sólo domina el árabe y el español. El mismo policía belga informa al cuadro de la policía de la Generalitat de que Es Satty planea regresar a Cataluña. Los Mossos concluyen el individuo no entraña un peligro aparente..

La operación «jaula» y la huida de Younes.

Tras el atropello en Las Ramblas, el sistema de los Mossos para impedir la fuga de Barcelona del conductor asesino, Younes Abauyaaquoub, no basta. El terrorista se saltó un control policial en la avenida Diagonal, abandonó un coche en Sant Just y protagonizó una fuga de cuatro días.