Terrorismo yihadista
Los yihadistas de Ceuta tenían armas para cometer atentados masivos
La Policía trata de localizar el zulo del «comando», donde podría haber artefactos
La Policía investiga si la célula del Estado Islámico (Daesh, por las iniciales de su nombre en árabe) que ha sido desmantelada recientemente en Ceuta, contaba con más armas además de las tres pistolas que les fueron intervenidas. Los entrenamientos y la voluntad decidida de empezar a cometer atentados, además de otros indicios que no se revelan por razones operativas, hacen sospechar que la célula esconde en algún lugar otras armas largas y cortas e incluso algún tipo de artefacto.
Según han informado a LA RAZÓN fuentes de la investigación, las pesquisas que durante varios meses se han realizado en torno a este grupo criminal han permitido determinar que forma parte de una estrategia que ha adoptado el Estado Islámico, que no es nueva, pero que resulta extremadamente peligrosa.
Los cabecillas del Daesh han comprobado que muchas de las investigaciones policiales que derivan en la desarticulación de las células que tienen en Occidente se inician precisamente a partir del regreso de Siria e Irak de los denominados «foreign fighters», que han combatido en ambos países y que cuentan con gran experiencia en el uso de armas y explosivos.
La conclusión a la que han llegado, según las citadas fuentes, es que para que una célula pueda empezar a cometer atentados no hace falta que haya pasado por Irak, Siria o Libia, sino que basta con que, dentro de unas estrictas medidas de seguridad, se entrenen en domicilios particulares hasta que puedan «pasar a la acción».
Es el caso de la célula de Ceuta, que encabeza Farid Mohamed Al Al, alias «Guerra». Este individuo contaba, además, con experiencia en el uso de armas. En una ocasión, en la barriada de El Príncipe de la Ciudad Autónoma, ametralló con 36 disparos un coche policial y, antes de huir, dirigió un corte de mangas a los agentes. Es decir, que el grupo disponía de un adiestrador de tiro que también se ocupaba de fanatizar ideológicamente a los «reclutas».
La célula estaba formada, además de Farid, por su hermano Mohamed, y los también hermanos Anuar y Reduan Ali Amzal, «el Verruga».
Tal como adelantó este periódico el miércoles, el proceso de radicalización de Farid comenzó durante su estancia en el Centro Penitenciario de Topas (Salamanca). Al salir de la cárcel, el 20 de junio de 2014, comenzó a mostrar públicamente su alineación con los ideales del Estado Islámico. Para ello, utilizaba su perfil de Facebook «Fariq Qaqer Usama». En uno de los vídeos que colgó en la red se le ve junto a otros dos jóvenes realizando entrenamientos físicos en lo que parece la azotea de su vivienda.
Por lo que respecta a su hermano Mohamed, las investigaciones han demostrado que asistía con asiduidad a dichos entrenamientos y a las reuniones que periódicamente se realizaban en la azotea del domicilio de Farid. Conocía perfectamente que la célula tenía armas, ya que en una de las imágenes captadas en los registros practicados aparece exhibiendo una de las pistolas que finalmente fueron intervenidas.
Anuar Ali Amzal era el lugarteniente de Farid y actuaba como catalizador de las instrucciones impartidas. Participaba directamente en la vigilancia y control de la presencia policial en la barriada de El Príncipe, impartiendo instrucciones a otros individuos sobre las acciones a tomar y la necesidad de ocultación para no levantar sospechas.
También se dedicaba a publicar multitud de vídeos y fotografías en su perfil de Facebook en apoyo al Estado Islámico y a los yihadistas que operan en zonas en conflicto. En ellos, exteriorizaba su adscripción a la organización terrorista.
Su hermano Reduan, «el Verruga», que fue puesto en libertad, se encargaba de la observación, control y vigilancia de posibles objetivos bajo la supervisión de Farid.
Los investigadores sospechan que el Daesh podría utilizar a algunos de los regresados de las zonas de combate, una vez comprobado que no son objeto de vigilancia policial y que aparentemente se han reintegrado en la sociedad, para formar lo que, por utilizar la terminología de ETA, «comandos legales». Fue una estrategia que utilizó en su momento la banda criminal española, cuando un «liberado» pasaba de Francia y formaba varias células que, en «estrella», dependían de él.
Los manuales operativos de Al Qaeda (el Estado Islámico es una escisión de esta banda yihadista), de los que ha informado LA RAZÓN, contemplan la autoformación de células de «combatientes» en domicilios particulares y la realización de prácticas de tiro en lugares lo suficientemente ocultos e insonorizados. Considera que sin tener que depender permanentemente de un núcleo central que indique determinadas órdenes o directrices, esta fórmula resulta más segura e «invisible» para las Fuerzas de Seguridad.
No hay que ordenarles los objetivos contra los que tienen que atentar. En el caso del Estado Islámico, y de la célula de Ceuta, los investigadores están convencidos de que atacarían contra lo primero que se encontraran y que forme parte de la amplia relación de lo que consideran «enemigos del islam».
«Están dispuestos a todo y, una prueba de ello es que casi nunca planifican la huida después de perpetrar una acción criminal», agregan las referidas fuentes.
La célula de Ceuta respondía a este «modus operandi». En las intervenciones telefónicas a los integrantes del grupo se pusieron de manifiesto las grandes medidas de seguridad que adoptaban. Se seguía una estrategia consistente en la parcelación de comunicaciones. Además, se utilizaban simultáneamente múltiples tarjetas y terminales y se usaba un lenguaje convenido, al igual que se utilizaban canales seguros de comunicación.
Las reuniones en las que realizaban los entrenamientos y tenía lugar el adoctrinamiento yihadista se celebraban normalmente en el domicilio del «Guerra». También visualizaban vídeos con cánticos yihadistas en los que se incita a la aniquilación de los incrédulos y enemigos de Dios, incluso a los que insulten a la mujer del profeta Mahoma. Animaban a luchar por todos los medios, incluida la muerte, para aplicar el mensaje de que «Allah Uakbar» (Dios es grande).
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