Coslada
El fiscal jefe Anticorrupción no interrogará a Rajoy en el juicio de «Gürtel»
Ya se han acreditado 312 periodistas de 83 medios para la declaración del presidente
El fiscal jefe Anticorrupción, Alejandro Luzón, ha decidido que estará presente en la sala de vistas por «cortesía institucional» pero no llevará a cabo el interrogatorio del Ministerio Público al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.
A menos de 24 horas de que Mariano Rajoy declare mañana como testigo en el juicio del «caso Gürtel», el fiscal jefe Anticorrupción, Alejandro Luzón, ha decidido que estará presente en la sala de vistas por «cortesía institucional» pero no llevará a cabo el interrogatorio del Ministerio Público –que se prevé somero, dado que la Fiscalía se opuso a la comparecencia del jefe del Ejecutivo– al presidente del Gobierno junto a una de las fiscales encargadas del caso. Según las fuentes consultadas, Luzón sí acudirá a la sede de la Audiencia Nacional en San Fernando de Henares dada la relevancia institucional del testigo. Después de un centenar de sesiones (la de Rajoy será la 101), sería la primera ocasión en que alguna de las fiscales encargadas del procedimiento –Concepción Sabadell y Concepción Nicolás– estarían acompañadas por el máximo responsable de Anticorrupción.
No se trataría, en cualquier caso, de un hecho insólito. En el juicio por los atentados del 11-M, por ejemplo, el entonces fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Javier Zaragoza, interrogó en marzo de 2007 al ex director general de la Policía, Agustín Díaz de Mera, que declaró también como testigo en la vista oral.
A la espera de que se despeje esa incógnita, la cifra de periodistas acreditados, 312 de 83 medios de comunicación, 21 de ellos extranjeros, da la medida de la repercusión que tendrá la declaración de Rajoy, la primera testifical de un presidente de Gobierno en ejercicio en un juicio.
El jefe del Ejecutivo –que comparece a instancias de la acusación popular que ejerce Adade, la Asociación de Abogados Demócratas por Europa– tendrá que responder en relación a las adjudicaciones a empresas de la «trama Gürtel», que dirigía el empresario Francisco Correa, pero previsiblemente (como ocurrió con la reciente comparecencia de varios ex secretarios generales y ministros del PP), el presidente del tribunal permitirá también cuestiones relacionadas con la supuesta contabilidad «B» del PP y los papeles de Bárcenas, aunque estos hechos son objeto de otro procedimiento.
Según informó ayer la Audiencia Nacional, las medidas que se pondrán en marcha por la presencia del jefe del Ejecutivo –que está citado a las diez de la mañana– obligará a aumentar el habitual perímetro de seguridad a las calles aledañas a la sede del citado tribunal en San Fernando de Henares (Madrid), ubicada en un polígono en el linde con el término municipal de Coslada. Al interior de ese área restringida sólo podrán acceder las personas acreditadas. Se prevé que 150 periodistas sigan la declaración desde la sala de prensa del edificio, situada en un nivel inferior al de la sala de vistas. Treinta de ellos sí podrán entrar en la sala, donde seguirán en directo la intervención del presidente del Gobierno.
Imagen incómoda
Rajoy podrá acogerse a la posibilidad de declarar desde los estrados reservados a los abogados de los acusados o hacerlo, como el resto de testigos, sentado frente al tribunal y con los procesados a sus espaldas, una imagen incómoda que estará en su mano poder evitar.
Si decide responder a las preguntas desde los estrados de las defensas, probablemente se acote la zona más próxima al tribunal dejando el resto para los abogados que asistan a la sesión, a quienes ya se ha advertido de que, en la medida de lo posible, asistan uno por procesado para que no haya problemas de espacio.
En las últimas sesiones del juicio, sobre todo desde que el tribunal eximió a la mayoría de los acusados de asistir a la vista oral, a las sesiones apenas asistían media docena de procesados y era habitual, como sucede en todos los macrojuicios que se prolongan durante meses, que algunos abogados actuaran en sustitución de otros, lo que también ha dejado bajo mínimos la presencia en estrados de las defensas. Mañana, todo será distinto, porque la presencia de Rajoy, como reconoce uno de esos letrados, «es un hecho histórico».
Casi una treintena de televisiones seguirán la declaración. Y no todas españolas. Habrá cadenas de México, Alemania, Francia y Rusia, entre otras. Basta un dato para explicar la dimensión de la testifical del presidente y las excepcionales medidas de seguridad que acarreará: aunque Rajoy no comenzará a declarar hasta las diez de la mañana (la inicial citación de las 9:30 se retrasó media hora hace sólo unos días), los periodistas podrán acceder al edificio desde las siete y media.
El tribunal rechazó al comienzo del juicio, el pasado octubre, la comparecencia de Rajoy como testigo (como había hecho con anterioridad el juez instructor), pero dejó un puerta abierta a reconsiderar esa decisión según el desarrollo de la vista. Adade volvió a pedir la comparecencia del presidente del Gobierno y, el pasado abril, la Sala dio finalmente el visto bueno con el voto en contra del presidente del tribunal, el magistrado Ángel Hurtado, encargado además de redactar la sentencia. Hurtado también se opuso posteriormente a que Rajoy tuviese que acudir en persona a declarar y defendió sin éxito que lo hiciese por videoconferencia, como hizo por ejemplo Artur Mas en el juicio por el asedio al Parlament, celebrado también en la Audiencia.
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