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Marruecos rechaza hacerse cargo de 50 ilegales en una avalancha de 700
El proceso abierto en España contra sus agentes por las devoluciones en caliente, en el trasfondo de la decisión
La Guardia Civil ha tenido que permitir la entrada a Melilla de los cerca de 50 inmigrantes de origen subsahariano que habían permanecido encaramados en la valla durante siete horas tras protagonizar un intento de salto hacia territorio español.
La Guardia Civil ha tenido que permitir la entrada a Melilla de los cerca de 50 inmigrantes de origen subsahariano que habían permanecido encaramados en la valla durante siete horas tras protagonizar un intento de salto hacia territorio español. El motivo, según han informado a LA RAZÓN fuentes conocedoras del asunto, es que las autoridades marroquíes, en contra de lo que ha sido habitual hasta ahora, se negaron, pese a las reiteradas peticiones, a que estas personas que, obviamente, procedían de su territorio, fueran devueltas al mismo.
Aunque los agentes marroquíes no explicaron las razones de este cambio de actitud, que viene a romper el clima de colaboración existente hasta ahora en el complicado problema de la inmigración ilegal, la negativa parece estar relacionada con las actuaciones que un juzgado de Melilla ha iniciado como consecuencia de una denuncia presentada por varias ONG tras lo ocurrido el pasado 18 de junio. Entonces, un grupo de subsaharianos que pretendía entrar en Melilla fue devuelto a Marruecos. Se trata de determinar si, como alegan los denunciantes, se produjeron posibles delitos de lesiones, trato degradante, contra los derechos individuales, contra el deber de impedir un delito y prevaricación. Entre las actuaciones que propone el juzgado figura que se libre una comisión rogatoria al Reino de Marruecos, con copia de un vídeo presentado como prueba, para que se identifique a los agentes de esa nacionalidad que habrían agredido a un subsahariano; y, por parte española, a los guardias civiles que se encontraban cerca.
Sin poner en cuestión la actuación judicial, consecuencia de la citada denuncia, lo cierto es que lo ocurrido ayer puede sentar un precedente, ya que los cientos de subsaharianos que se esconden en las proximidades de la frontera con Melilla, en especial en el Monte Gurugú, saben ahora que las situación ha cambiado y que su acceso a la Ciudad Autónoma, que se había complicado en extremo con la instalación de una malla anti trepa y debido a la excelente colaboración entre los agentes españoles y marroquíes, puede ser más fácil. Lo ocurrido ayer se inició poco después de las seis de la mañana, cuando un grupo de 700 inmigrantes, que se dividió en dos grupos, trató de saltar el vallado por dos zonas: el primero, por la comprendida entre las fronteras del barrio Chino y el aeropuerto; y, el segundo, por el Río de Oro.
La Guardia Civil tenía conocimiento desde el lunes pasado de los movimientos de este numeroso grupo y había alertado a las autoridades marroquíes.
En el momento del primer asalto, los subsaharianos, unos 500, lanzaron piedras y otros objetos contras las Fuerzas de Seguridad del vecino país. Un pequeño grupo, compuesto por 30 personas, logró acceder a la zona entrevallas, destrozar una de las puertas interiores de las verjas y entrar en territorio español.
El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, se reunirá hoy con la cúpula de su departamento para evaluar la posibilidad de enviar refuerzos ante la reciente presión migratoria marcada por el incremento de pateras y de avalanchas en las vallas fronterizas.
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