Casa Real
Maximizar la prudencia en la recuperación
Cuando hay una infección de una prótesis, el problema reside en que el metal de la prótesis genera un ambiente a su alrededor que hace que el antibiótico que se aplica no llegue. Es lo que nosotros llamamos un «pequeño santuario» donde el bicho está tan tranquilo y no puede ser atacado por el antibiótico, porque el PH de la acidez del medio de alrededor del metal lo impide. Por eso se quita la prótesis, para poderle dar el antibiótico, y para no perder el espacio se coloca un espaciador. Este elemento no es en sí una prótesis, pero sí permite actuar al antibiótico. Está impregnado con el fármaco que ha de eliminar la infección. Además, permite que el antibiótico que se da por vía intravenosa primero y oral después, tenga efectividad y elimine la infección. Cuando los marcadores externos –los que se hallan en una analítica sanguínea– revelan que no hay infección, y se tiene una fuerte sospecha de que no queda contaminación en la zona, se pasa a la colocación de la nueva prótesis.
En esta segunda operación, lo primero que se hace es llegar al sitio donde se ha de colocar la prótesis y tomar muestras del tejido para saber si hay infección persistente o no, si hay o no células inflamatorias. Si el resultado es negativo, cambiamos el espaciador, por la prótesis y listo. En este proceso, que es intraoperatorio, se tarda unos 20 minutos. Mientras se analiza la muestra en el laboratorio, se prepara la zona, se limpia para poner la nueva prótesis o para colocar de nuevo el espaciador si persistiese la infección.
La recuperación debe ser igual que la de la prótesis primaria, aunque se deben extremar las precauciones. Será fácil, pero un poco más lenta, debido a las cicatrizaciones y la vascularización a las que se ha sometido la zona hasta en tres ocasiones. No hay que forzar nada la vuelta a la normalidad. De lo contrario, existe un elevado riesgo de luxación de la prótesis. Por lo que es prioritario que espere un mínimo de tres meses antes de volver a las rutinas. Debe maximizar la prudencia para evitar luxaciones futuras.
*Unidad de Cirugía Artroscópica del ICATME, Hospital Universitario Quirón Dexeus de Barcelona
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