Política

Carles Puigdemont

Millo asegura que en el "procés"hubo situaciones "de acoso, hostigamiento y violencia"

El ex delegado del Gobierno recuerda cómo Puigdemont siguió adelante con su "planteamiento suicida": "Ya no puedo dar marcha atrás. Voy a convocar el referéndum y después seguimos hablando"

Enric Millo declara en el Tribunal Supremo en el juicio del “procés”
Enric Millo declara en el Tribunal Supremo en el juicio del “procés”larazon

El ex delegado del Gobierno en Cataluña subraya que sí se produjeron hechos violentos en el proceso soberanista: “Había personas que se manifestaban de forma pacífica y grupos que lo hacían de forma violenta”.

El ex delegado del Gobierno en Cataluña Enric Millo ha relatado al tribunal del juicio del "procés"cómo el ex presidente de la Generalitat Carles Puigdemont siguió adelante con la hoja de ruta independentista, que ha calificado de "planteamiento suicida", contra viento y marea, hasta el punto de que "no había ningún otro tema del que le interesase hablar que no fuese conseguir el beneplácito del Gobierno para celebrar un referéndum en Cataluña". "Este es mi objetivo, mi obligación", le repitió en las numerosas reuniones que mantuvieron, en las que siempre se encontró -ha dicho parafraseando a Oriol Junqueras- "una silla vacía al otro lado de la mesa". Hasta que el 6 de junio de 2017, ha recordado en su declaración como testigo, en su último encuentro Puigdemont le corroboró que no iba a rectificar: "Yo ya no puedo dar marcha atrás. Voy a convocar el referéndum y después seguimos hablando". "Yo le dije que eso era imposible", ha dicho.

Millo también se reunió con Junqueras, quien según ha asegurado le confesó que no era partidario de que el procés "fuese tan deprisa". Según ha rememorado, una de las frases que más le impactó en el entonces vicepresidente de la Generalitat fue cuando le dijo, en referencia a sus socios ex convergentes del Govern: "Yo siempre he defendido la independencia y no tengo que demostrarlo. Otros en mi Gobierno no la han defendido nunca y ahora tienen que hacer un esfuerzo para demostrar que son más independentistas que yo".

Al igual que hizo el pasado lunes el ex secretario de Estado de Seguridad, el que fuera delegado del Gobierno en Cataluña ha subrayado que sí se produjeron hechos violentos en el proceso soberanista, en el que según su opinión hubo "una clara componente violenta, de agresividad, de acoso y de ataque a personas"porque "había personas que se manifestaban de forma pacífica y grupos que lo hacían de forma violenta".

Antes de la masiva concentración frente a la sede de la Consejería de Economía el 20-S, ha mantenido que se produjeron ya situaciones de "acoso, hostigamiento y violencia" que se prolongaron hasta mediados de noviembre. Millo llegó a contabilizar más de 150 actos convocados para intentar impedir las actuaciones de la Policía Judicial "en diferentes municipios, edificios públicos, cuarteles de la Guardia Civil, acoso a agentes, a vehículos de comitivas judiciales, a hoteles donde se alojaban los agentes, a sedes de las subdelegaciones y la delegación del Gobierno...". "Allí donde había una actuación judicial", ha añadido, "aparecía un grupo de personas con el objetivo de acosar, amenazar e incluso agredir". Era, según ha dicho, "el mundo al revés": frente a las actuaciones judiciales "se hacían llamamientos a defender las instituciones como si las estuvieran atacando". Esas movilizaciones, ha recalcado, eran alentadas por el Govern y lideradas por ANC y Òmnium Cultural, "que se ha convertido en un instrumento político". Especialmente conflictiva fue la masiva protesta del 20-S: "La verdad es que no eran actos festivos y folclóricos".

Millo ha explicado que, en la Junta de Seguridad celebrada el 28 de septiembre de 2017, que calificó de "esperpento", Puigdemont les dejó claro que "no iban a dar marcha atrás". "Se sentó el Govern para decirnos que el 1-O iba a haber un referéndum y a ver cómo nos poníamos de acuerdo para que se celebrara con absoluta normalidad, cuando -ha recalcado- teníamos sobre la mesa una orden judicial de impedirlo". El entonces mayor de los Mossos, Josep Lluís Trapero, recordó, se limitó a decir que su obligación era cumplir la ley "pero sin explicar cómo"y "alienado"con el Govern. Eso sí, dejó claro que "en ningún caso usaría la fuerza"para impedir la consulta y no actuaría "si hay niños y personas mayores", por lo que según Millo "ya sabíamos lo que nos íbamos a encontrar".

Para el ex delegado del Gobierno "es evidente"que los Mossos no cumplieron el mandato judicial de impedir el referéndum, una jornada en la que, además de "personas de buena fe"que acudieron a votar "engañadas"por la Generalitat, había gente concentrada para impedir la actuación policial, "con actuaciones de carácter violento. "Vimos ejercer la violencia contra los agentes de manera clara", ha subrayado.
Millo ha recordado que visitó a varios agentes heridos (93 en total, según ha dicho), que vio "dedos rotos, una fractura de pierna"y que le contaron que a alguno le rajaron el chaleco antibalas, "y eso no se hace con una uña", que otro le explicó que "cayó en "la trampa del Fairy", pues vertían detergente en el suelo para que resbalaran y al caer les golpeaban en la cabeza, y cómo algunos utilizaban artes marciales para golpearles en la nuca".