Gobierno

Montero relativiza la fuga de Puigdemont: "Seguimos relacionándonos con absoluta normalidad con Junts"

La vicepresidenta trata ya de seducir a los posconvergentes para los Presupuestos de 2025

La legislatura está a punto de cumplir un año de vida (17 de agosto) y el Gobierno apenas ha podido gobernar dada su debilidad y dado que depender de Carles Puigdemont es un reto mucho mayor del que esperaba. Con un balance legislativo de mínimos y con un Puigdemont más envalentonado que nunca tras haberse quedado sin la presidencia de la Generalitat, Pedro Sánchez parece todavía más decidido a resistir en Moncloa apoyándose en Junts. De hecho, su número dos, la vicepresidenta del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, no solo ha relativizado la "performance" de Puigdemont en Barcelona, quien acudió el jueves a hacer un breve mitin y se escapó sin ser detenido, sino que ya piensa en negociar con Junts los Presupuestos Generales del Estado de 2025. "Seguimos relacionándonos con absoluta normalidad con Junts", ha señalado Montero en Barcelona, al acabar el acto de la toma de posesión de Salvador Illa en el Palau de la Generalitat.

Tampoco es para menos: ahora mismo Sánchez está en un escenario delicado dado que solo puede sobrevivir en la Moncloa con el apoyo de Puigdemont y tiene que aprobar sí o sí los Presupuestos de 2025. Si no lo consigue, lo más probable es que la legislatura se acabe y, además, en un mal momento para la habitual estrategia del presidente del Gobierno, que aspiraba a quitarse de encima las medidas más impopulares (como la Amnistía) lo más pronto posible para que los ciudadanos se olvidaran rápidamente. Sin embargo, ahora mismo el desgaste para el líder socialista está en máximos, con la medida de gracia, la cesión de la soberanía fiscal a Esquerra que pone en riesgo la financiación de muchos territorios y los casos de corrupción que rodean a su entorno.

En este contexto no extraña que Montero haya querido reducir prácticamente a anécdota la fuga de Puigdemont y, 48 horas después de la "performance", haya ya lanzado guiños, sin miramientos, a Junts. "Lo importante del jueves fue lo que ocurrió en el interior del Parlament y, por tanto, el discurso e interpelaciones que cada uno de los grupos hicieron al entonces candidato y hoy presidente Salvador Illa", ha resumido, minimizando el comportamiento de Puigdemont. De hecho, Junts ya dio un golpe duro a la vicepresidenta al rechazar el pasado mes los objetivos de deuda y de déficit diseñados por el Gobierno y eso ha hecho retrasar la tramitación de los Presupuestos. Sin los objetivos aprobados, las Cuentas no pueden tramitarse en el Congreso. Y Montero quiere evitar un nuevo revés presupuestario con Junts.

Montero, quien ha reconocido que la "aritmética parlamentaria" es "compleja", ha asegurado que van a seguir relacionándose con Junts como han hecho "hasta la fecha" pese a la "performance" del jueves, "cumpliendo con los compromisos" adquiridos con los de Puigdemont. "Ahora, esperando invitarlos para que puedan también apoyar el proyecto de Presupuestos, que empezará su tramitación a lo largo de septiembre", ha afirmado la vicepresidenta, responsable de la cartera de Hacienda y, por tanto, de elaborar los Presupuestos. "Seguimos con absoluta normalidad institucional", ha añadido.

La vicepresidenta ha abrazado a Junts, pero también ha querido hacer guiños a Esquerra y al resto de territorios autonómicos porque es quien tiene que pilotar la reforma del sistema de financiación que han pactado PSOE y Esquerra para la investidura de Illa. Montero, viendo cómo hay barones del PSOE (Emiliano García-Page y Adrián Barbón) que están siendo muy críticos, ha dicho que la "seña de identidad" del acuerdo con ERC es la "solidaridad" con el resto de territorios, aunque está por ver cómo se acaba materializando y sí permite distribuir suficientes recursos para que todos los españoles puedan disponer de servicios públicos en pie de igualdad. "Tenemos que profundizar a lo largo de los próximos meses", ha señalado.

En todo caso, la carpeta más urgente ahora mismo son los Presupuestos y Junts, sin Puigdemont en la presidencia de la Generalitat y todavía sin poder pisar suelo español sin ser detenido, puede hacer inviable la continuidad de la legislatura. Montero se esfuerza ahora por atraer a Junts para los Presupuestos y el Gobierno busca hacer equilibrios para lanzar guiños a Puigdemont sin que sean del todo evidentes porque podría tener consecuencias judiciales. En este sentido, la pasividad del Ministerio del Interior con la detención de Puigdemont es un gesto hacia el líder de Junts, pero la vicepresidenta del Ejecutivo quiere maquillarlo atribuyendo toda la responsabilidad a los Mossos d'Esquadra ya que, si no lo hace, puede tener repercusiones judiciales. De hecho, el magistrado Pablo Llarena ya ha pedido información a Interior. "Ya se dieron explicaciones por parte de los Mossos y la consejería de Interior de la Generalitat saliente y las investigaciones que se anunciaron", ha afirmado.

Sin Presupuestos, el Gobierno estaría obligado a prorrogar los Presupuestos de 2023 y eso sería ya mucho tiempo, por lo que Sánchez guarda silencio, esperando que la tormenta amaine para poder seguir resistiendo con Puigdemont como aliado. Tan solo hay un precedente de doble prórroga presupuestaria y fue bajo el mando de Mariano Rajoy, pero obedeció a la repetición electoral y a un contexto de muchos meses de interinidad del Gobierno, ya que cuando está en funciones no puede elaborar Presupuestos.

De esta manera, una doble prórroga presupuestaria en el actual contexto abre incógnita jurídicas ya que si se permite, se puede abrir un precedente para el resto de Ejecutivos en el futuro.