Crisis en el PSC
Navarro expulsará a los «rebeldes» que voten el Pacto Nacional de Mas
El lunes se le atragantó el almuerzo al primer secretario del PSC, Pere Navarro. Acababa de sentarse en un restaurante de menú al lado de la sede del partido después de una ejecutiva tormentosa. Compartía mesa y mantel con dos de sus colaboradores. Unos metros más allá otros miembros de su ejecutiva comentaban lo que había pasado por la mañana. Los teletipos le hicieron dar un respingo. El portavoz de la formación, Jaume Collbony, acababa de decir que el PSC se planteaba para las europeas ir de la mano de Iniciativa per Catalunya. El líder socialista no daba crédito. Su portavoz contaba una película que el primer secretario «no había visto». Enojado, se levantó y volvió a su despacho. Minutos más tarde, se emitía un comunicado «matizando» la información: «El PSC no se presentará a las europeas por separado del PSOE». Mientras, Pere Navarro habló con Rubalcaba.
El día ya empezó mal. La ejecutiva amenazaba tormenta. La corriente Avancem anunció el domingo que propugnaría superar las siglas del PSC en las próximas elecciones, abriendo espacio a Iniciativa per Catalunya, a Ernest Maragall o al grupo de la monja Forcades. Esta actitud «solamente se puede calificar de deslealtad» afirmaba un miembro de la ejecutiva crítico con el sector más nacionalista del socialismo catalán.
Pere Navarro se planteó seriamente la expulsión de los diputados rebeldes que no votaron en el Parlament contra la propuesta soberanista de CiU y ERC. Al final, sólo fueron sancionados, todo por mantener la endeble unidad del partido. El conflicto está lejos de mejorar. La propuesta de Avancem «deja muy claro que actúan al margen del PSC. Si alguien se aleja del PSC, la pregunta es qué hace en el PSC» sentencia un miembro de la dirección. No es el único. En la ejecutiva del lunes, Avancem recibió un serio correctivo, lo que hizo comentar a Navarro que «es la primera vez que en una ejecutiva hay unanimidad con la dirección».
Joan Ignasi Elena, líder de esta corriente, tuvo que emplearse a fondo para defenderse alegando «que no se puede cuestionar mi lealtad por mis años de militancia». Se quedó sólo. Dirigentes obiolistas como Marina Geli, Daniel Font o Maria Badia no acudieron a la ejecutiva y veía como se desmarcaban Laia Bonet y Àngel Ros. Rocío Martínez sólo habló de enseñanza. En la ejecutiva, Elena tuvo que escuchar que «está claro lo que estáis preparando de aquí al verano», en una clara alusión a una supuesta escisión. «Es indignante que utilicen el partido para su proyección pública. Fuera del PSC no son nada», explican.
Avancem no sólo proponen listas conjuntas. También apuestan por apoyar el Pacto Nacional para la Transición. «No harán esta barbaridad», apunta un colaborador del primer secretario, lo que contrasta con la dureza de un miembro de la ejecutiva: «Si dan un paso más y apoyan el Pacto para la Transición no habrá muchas alternativas. Sólo quedará la expulsión». Otro añade que «lo único que quedará es echarlos aunque se hagan las víctimas y tengan eco mediático. Lo hemos querido evitar pero amparándose en eso, ellos han jugado al desgaste». Desde Avancem contestan que «estamos decididos a seguir adelante con todas sus consecuencias»
Con este panorama, Navarro acude hoy a presentar en la sala Ernest Lluch del Congreso, el proyecto federal del PSC. Se ha coordinado con Carme Chacón y lo ha hablado, por activa y por pasiva, con Rubalcaba. Sabe que será recibido con frialdad «porque estos actos no gustan en Ferraz» aunque «el federalismo está más presente en la agenda porque cada día hay más gente que piensa que la reforma federalista es la solución». Un destacado miembro del entorno del primer secretario socialista puntualiza que «no es una propuesta cerrada, es un punto de partida. Navarro quiere abrir el debate académico y jurídico». La puesta de largo del federalismo del PSC en Madrid tendrá continuidad en la Conferencia Política a celebrar a mediados de julio. Coincidirá en fechas con la programación prevista por los críticos de Avancem. La coincidencia demuestra la distancia con la dirección. Navarro concluyó la ejecutiva «No estaría de más que acordáramos agendas».
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