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Los Mossos buscan cómplices en Vilafranca y Ripoll en busca de cómplices
La casa está a 17 kilómetros de donde fue abatido Younes y el local es de uno de los detenidos
La casa está a 17 kilómetros de donde fue abatido Younes y el local es de uno de los detenidos.
Tras las declaraciones en la Audiencia Nacional de los cuatro detenidos por su conexión con el atentado de Las Ramblas se produjeron dos significativos registros en dos lugares clave: Vilafranca del Penedés y Ripoll. En esta primera localidad, situada a aproximadamente 17 kilómetros de donde fue abatido Younes Abouyaaqoub, los mossos registraron un domicilio particular en el que residían okupas musulmanes y que podrían estar relacionados con el ataque.
Los Tedax y la Policía Científica se desplazaron hasta allí para tomar huellas que pudieran establecer una conexión con los terroristas. El operativo comenzó al filo de las seis de la tarde y que finalizó de madrugada. Según han confirmado a Efe fuentes de la investigación, de estas "entradas"policiales se han llevado diversas cajas con documentación no especificada y que ahora se procederá a analizar.
Vilafranca del Penedés tiene una de las mayores comunidades musulmanas de la región, integrada por alrededor de 6.000 personas, y en este momento está en fase de construcción la que será la segunda mezquita más grande de Cataluña. Justo al lado de la vivienda donde se realizó el registro, en pleno centro urbano de la localidad, se encuentra otro de los más importantes templos islámicos. No se descarta que desde este primer piso de la calle Ignasi Iglesias se hubiera dado cobijo a alguno de los 12 miembros de la célula del 17-A.
Mientras, los Mossos d’ Esquadra apoyados por agentes de la Guardia Civil practicaron ayer un registro en un locutorio, situado en el paseo de Ragull, propiedad de Salah el Karib, de 34 años. Se trata de uno de los cuatro detenidos tras los atentados por, supuestamente, vender desde su negocio billetes de avión a Marruecos a algunos miembros de la célula yihadista. Su mujer, que estaba presente en el registro del local, aseguró el domingo a este periódico que la detención de su marido era «un malentendido» y se mostraba convencida de que «pronto» le dejarían en libertad porque, además, ella no trabaja y tienen un niño pequeño al que alimentar. «Puedes preguntar a los vecinos que quieras,él siempre gestiona esos billetes a todo el mundo, no sólo a Driss (Oukabir). Compra vuelos, hace envíos de dinero... es que ése es su trabajo», decía. También ayer se quejaba del «maltrato» que le dieron los agentes de los Mossos dese la detención de su marido. «Me quitaron el móvil y a mi madre igual. Hemos ido a comisaría y nos miran mal y no nos dicen nada porque dicen que es secreto», se quejaba.
Durante el registro, que comenzó a eso de las 19:30, los agentes emplearon perros y, al cierre de esta edición, aún seguían en su interior una decena de policías. Los investigadores probablemente sigan buscando datos en los ordenadores y cualquier pista de relevancia.
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