El desafío independentista
Original Maidán
De acuerdo al relato separatista, el 1-O fue una heroica jornada en la que los catalanes –recordemos que para ellos solo son catalanes los que siguen sus consignas y comparten sus fines– quisieron votar, pero la policía se lo impidió brutalmente. Sin duda que el 1-O tomaría el relevo al 11-S en la mitificación de la lucha por la soberanía en caso de conseguir su objetivo separatista, aunque luego no supieran qué hacer con su república catalana independiente.
Sabemos también que su estrategia necesita del conflicto: la presidenta de la ANC ha afirmado que este «es necesario para dar visibilidad a Cataluña en la prensa internacional». Por eso, en esa lógica del camino eterno hacia la liberación nacional, ahora tienen otra jornada importante marcada en el calendario, el 10-N. Como a ellos «se les impidió votar» y aquello tuvo gran impacto mediático, parece que ahora son ellos los que se platean ocupar colegios para dificultar votar y, así, aprovechar la repercusión internacional que ello tendría, sabiendo además que habría que ir a las urnas por tercera vez.
Entre tanto, la rauxa domina el espacio público con la plaza Universidad convertida en un camping urbano, cual épico Maidán autóctono. Es conmovedor contemplar a los insumisos y revolucionarios acampados distrayéndose con sus móviles, esperando la última consigna del «tsunami democrátic» mientras piden apoyo ciudadano para mantener su epopeya con artículos de primera necesidad. Entre ellos, los condones, con perdón.
Es lo que hay.
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