Análisis
La presidencia europea: De Adán a Manolete
Las presidencias del segundo semestre valen menos porque se pierden
Zapatero despuntó adanista. Inventó todo . El primero que no se levantó ante la bandera estadounidense, el que nombró a una embarazada Ministra de defensa, anunció que superábamos a Italia y después rebasaríamos a Francia. Papá Adán inauguró menos cosas. Fue el primero que se acostó con Eva, algo que le daría casi tanto gustirrini como a ZP hacerle un desplante a la bandera yanqui, el primero que ordeñó una cabra pero en el fondo pardillo al que Eva encandiló con la estúpida manzana. Zapatero fue más polifacético.
Sánchez resulta menos creador. A veces tiene un ramalazo. Pregonó que con la ley del solo «sí es sí», la que redujo las penas de 1090 delincuentes, íbamos a ser «pioneros mundiales» pero fue un desliz ya olvidado. Normal el lapsus, tampoco se acuerda de si le escribió y para qué al Rey de Marruecos. Un detalle genial de amnesia.
Sin embargo, nos ha salido triunfalista. Siempre «lidera» algo : acoger afganos , Estados Unidos, Alemania, etc… fueron comparsas , ayudar a Ucrania( en realidad, ocupamos el puesto 23 de 27), somos el asombro mundial con nuestro crecimiento ( la verdad: seguimos a la cabeza en el paro y perdido puestos en Europa en poder adquisitivo). A pesar de las cifras, presidente y palmeros insisten en que España va como una moto. El tamaño de la deuda, el descenso de España como país cumplidor son futesas. Es decir, Sánchez sería un Manolete que corta orejas aunque a veces resulte ser el picador reserva.
La presidencia europea estaba planeada por la maquinaria monclovita como muestra singular de nuestros triunfos. La convocatoria electoral ha aguado los planes triunfalistas porque puede que sea Feijoo el que dentro de un mes pilote la navegación europea.
Aclaremos algo que los ciudadanos ignoran: El Gobierno, hasta el batacazo de las municipales, confiando en continuar en el poder, esbozó un programa donde Sánchez relumbraría más que el sol y presidiría cumbres trascendentales.
No hay tal, la presidencia rotatoria de la Unión tiene desde el Tratado de Lisboa mucho de figurativo. Hace años a orillas del Tajo todo cambió: se creó la figura del Presidente del Consejo( Mitchell) y del Vicepresidente encargado de Exteriores( Borrell).
Son estos dos los que presidirán los Consejos europeos, el de Presidentes, no será Sánchez, sino Mitchell, el de Exteriores no será Alvares sino Borrell. Así ha ocurrido con la Presidencia sueca( ¿alguien recuerda algo de la presidencia sueca?).
Otro delirio de grandeza es que en las tropecientas ciudades españolas que nuestro gobierno programó para su gran lucimiento no se puede aprobar nada; otro dato escamoteado, tienen estrictamente valor deliberativo.
Es decir, ni nuestros políticos van a presidir nada importante ni en España se aprobará nada trascendental. Lisboa establece que las reuniones ejecutivas se celebraran TODAS en Bruselas. La Cumbre UE- Iberoamérica, lógica prioridad de la presidencia española, los mandatarios de los dos bloques no se reúnen desde 2015, no tendrá por ello lugar aquí sino en Bruselas. Antes de Lisboa habría sido en España, Sánchez la habría sacado de esa tierra inhóspita franquista de Madrid y la habría llevado a Barcelona para contentar a algún miembro del Frankestein donde los invitados encontrarían profusión de carteles con «Libertad para Cataluña», «Lo volveremos a hacer», el «Borbón es persona non grata»…y otras lindezas. Todo para mostrar que España es un país diverso aunque oprimamos a ciertas comunidades pretendiendo que en España se enseñe el castellano .
No sostengo que la presidencia no vale para nada, puede priorizar temas en la agenda, que Bruselas debe aprobar, o retrasarlos pero esto no es lo que era. Además las presidencias del segundo semestre valen menos porque se pierden, por vacaciones, los dos primeros meses. Tampoco ayuda que las elecciones del Parlamento europeo sean en la primavera .
Todo esto no importaba a Sánchez que montó una Presidencia costosa y poco ecológica por los numerosos desplazamientos. Le importaba la foto o fotos. La Cumbre de la Otan fue un éxito de «organización» pero políticamente no aportó NADA a nuestro país excepto la frase inmortal de Albares( Madrid será recordada como algo tan importante como la Cumbre de Yalta o la de la creación de la Otan). Ahí queda eso que pasmó a la diplomacia mundial.
Espero que Feijóo, se obsesione menos con la foto.
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