ETA
Procesan a dos etarras por el asesinato en 1995 del comandante Luciano Cortizo
El juez de la Audiencia Nacional Juan Pablo González ha procesado a los etarras Soledad Iparraguirre, Anboto, y Sergio Polo Escobes, Lur, como responsables del asesinato con bomba lapa del Comandante del Ejército de Tierra Luciano Cortizo, cometido por ETA el 22 de diciembre de 1995 en León.
Así lo ha hecho tras reabrir esta causa y a instancias de la Fiscalía, que encontró indicios contra ellos a raíz de la revisión que las fuerzas de seguridad hacen periódicamente de los atentados de la banda sin resolver.
En relación con el asesinato del comandante Cortizo, la Guardia Civil señala en un oficio que en el registro del domicilio de Pasajes de San Pedro (Guipúzcoa) alquilado por Sergio Polo se ocuparon "numerosas evidencias, documentos y efectos"contra los dos etarras como responsables del atentado.
El juez asegura que Iparraguirre, como jefa entonces de los comandos "legales"de la organización, dio la orden expresa a Sergio Polo de asesinar al comandante del Ejército de Tierra destinado en León.
Anboto (que está presa en Francia) pasó a coordinar estos comandos cuando fue detenido en 1994 el etarra Pedro José Picabea, de quien venía ejerciendo como "lugarteniente".
Tras analizar el caso y varios informes policiales, el juez considera que en las actuaciones hay "numerosos indicios"para imputar a Iparraguirre y Polo por seis delitos de asesinato terrorista, cinco de ellos en grado de tentativa (correspondientes a las cinco personas heridas en el atentado) y descartar como posibles autores a los miembros de ETA Javier Garcia Gaztelu y Jose Ignacio Alonso Rubio.
Destaca que entre las diversas acciones ordenadas por la Dirección Ejecutiva de ETA estaba la del asesinato de Cortizo, para lo que Anboto entregó antes del atentado a Polo material explosivo para matarle y le dio "instrucciones precisas"para ello.
La resolución judicial explica que Anboto se convirtió en la jefa de los comandos "legales"de la organización y les transmitió las órdenes concretas respecto a los objetivos, ya fueran personas o bienes contra los que había que dirigirse, y de cómo atentar contra ellos.
También les facilitaba el material (explosivos y armas) y las instrucciones sobre cómo utilizarlos.
Según el juez, para llevar a cabo el atentado Iparraguirre le facilitó a Polo los explosivos, que el etarra colocó bajo el asiento del conductor en forma de bomba lapa, la cual hizo explosión cinco minutos después de arrancar el coche el comandante Cortizo.
Así, el magistrado afirma que en días previos al 22 de diciembre de 1995, Polo se trasladó de San Sebastián a León en transporte público y vigiló al comandante, viendo que usaba habitualmente para sus desplazamientos un vehículo en el que luego colocó la bomba.
La explosión causó la muerte al comandante y también heridas de gravedad a su hija, que viajaba en el asiento del copiloto, además de heridas a otras cuatro personas que iban por la calle.
El titular del juzgado central de instrucción 3 impone a los procesados una fianza de responsabilidad civil de 1,5 millones de euros y acuerda librar una orden europea de detención a Francia solicitando la entrega temporal de Anboto a fin de que se le tome declaración indagatoria en relación con los hechos.
En el caso de Iparraguirre, el juez deduce que dio la orden de atentar a Polo de una "comunicación orgánica"de Anboto a Lur fechada entre el 10 de noviembre y el 22 de diciembre de 1995 hallada en un piso alquilado por Polo.
Contra este último describe varios indicios, como documentos manuscritos encontrados en la vivienda con horarios de autobuses a León o el dinero en efectivo que, según la citada comunicación, tenía que entregar Anboto a Lur en una cita.
EFE
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