Elecciones catalanas
Puigdemont da un paso al lado y señala a Jordi Sánchez
Anuncia que su plan es implementar la República desde Bruselas y avanza que hará política desde el «interior y el exterior» de Cataluña
Si la CUP consiguió enviar la «papelera de la historia» a Artur Mas, ERC ha conseguido lo mismo con su sucesor, Carles Puigdemont. Tras las múltiples trabas que han puesto los republicanos a su investidura, el ex presidente de la Generalitat ha cedido finalmente y ayer consumó su paso al lado, aunque, por el momento, parece que va a intentar seguir alimentando la confrontación con el Estado lo máximo posible. Así lo dejó entrever tras anunciar que deja vía libre al número dos de JxCat y ex líder de la Asamblea Nacional Catalana, Jordi Sánchez, en prisión provisional, para que sea propuesto como candidato a la Generalitat y tras advertir que sus planes pasan ahora por implementar la República desde Bruselas. En un discurso grabado desde la capital belga, desveló que ha contactado ya con el presidente del Parlament, Roger Torrent, para que inicie una nueva ronda de contactos –será la semana próxima– y precisó que en ningún caso esta decisión supone ni su retirada ni una claudicación.
Puigdemont especificó que su paso al lado es «provisional» y por ello no renunciará a su acta de diputado. Su delegación en Sánchez, que adelantó LA RAZÓN, tendrá mínimo recorrido, ya que no obtendrá permiso penitenciario para acudir a la sesión de investidura, pero contribuirá a seguir manteniendo un clima de tensión y provocación con el Estado, así como volver a meter en aprietos y desgastar a Torrent, que se verá obligado a estar a expensas nuevamente de las advertencias judiciales. En caso de que la opción Sánchez no fructifique, la alternativa sería Jordi Turull, que, aunque esté encausado, sí podría ser elegido president ya que se encuentra en libertad condicional y todavía no ha sido procesado –lo que le inhabilitaría y se debería escoger a otro president, pero al independentismo le granjearía una nueva «performance» para proyectarse al mundo–.
La intención es mantener el pulso y nombrar a candidatos para seguir manteniendo el poder en la sombra, ya que según detalló, su plan es dirigirse tanto al interior de Cataluña como al exterior con la internacionalización del «procés». Mientras tanto, según explicó ayer, se centrará en desplegar la República desde su fuga en Bélgica. El ex president anunció que el lunes convocará a todos los diputados independentistas para debatir cómo encarar la nueva etapa, en la que expresó que se dará creación a un Consejo de la República –compuesto por tres miembros de ERC y JxCat y uno de la CUP–, que «liderará el camino hacia la independencia efectiva». Este órgano, que presidirá, avanzó además que estará en contacto con el interior de Cataluña para trabajar coordinadamente en la preparación y culminación del proceso constituyente –es decir, seguir manteniendo capacidad para dirigir los derroteros de la política catalana–. Además de este Consejo, el entramado institucional paralelo diseñado por Puigdemont contará con una Asamblea de Representantes configurada por diputados y miembros del mundo municipal y la sociedad civil.
Asimismo, la decisión de Puigdemont de nombrar a Sánchez abrirá una nueva pugna en el seno independentista, ya que el ex líder de la ANC no es del agrado de la CUP, al que consideran que no tendrá suficiente valor para mantener la confrontación con el Estado al estar condicionado por su proceso judicial. En todo caso, los anticapitalistas celebrarán mañana un Consejo Político para debatir esa elección. Precisamente, fuentes de los cuperos aseguraron ayer a este diario que intentaron frenar ese nombramiento de Puigdemont.
De cara al exterior, para internacionalizar el «procés», anunció una ofensiva «política y jurídica» contra el Estado. Así, la primera medida que ha impulsado ha sido el encargo a un equipo de abogados internacionales la presentación de una demanda contra el Estado ante el Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas por violación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y la Carta de los Derechos Civiles y Políticos. «Tengo la plena confianza de que algún día podré regresar a Cataluña como un hombre libre», zanjó el ex presidente de la Generalitat desde Bruselas.
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