El desafío independentista
Puigdemont unge al «títere» Torra para repetir elecciones
El ex president coloca a un candidato de su absoluta confianza para una «etapa provisional» en la que mantendrá la confrontación con el Estado. Podría volver a convocar elecciones en octubre.
El ex president coloca a un candidato de su absoluta confianza para una «etapa provisional» en la que mantendrá la confrontación con el Estado. Podría volver a convocar elecciones en octubre.
El ex president Carles Puigdemont anunció anoche y por sorpresa el nombre del que podría ser su sucesor en el Palau de la Generalitat: se trata de Quim Torra, ex presidente de Òmnium Cultural, persona de su entorno más cercano, abogado sin carnet de partido y diputado independiente del grupo parlamentario de Junts per Catalunya. Una maniobra esperada que podría servir al independentismo para evitar nuevas elecciones y formar gobierno la próxima semana. Torra deberá sumar los votos de JxCat y Esquerra más las abstenciones de la CUP en un Pleno exprés que el presidente del Parlament, Roger Torrent, deberá convocar en las próximas horas.
Después de varios días de rumores y quinielas, Puigdemont desveló ayer el secreto mejor guardado de la investidura, un nombre que ha decidido él solo, sin consultar al PDeCAT –el partido que puso a disposición del ex presidente toda su infraestructura para las elecciones del 21 de diciembre– ni a Esquerra, socio de los neoconvergentes desde el inicio del proceso independentista. Además, se da la curiosidad de que Quim Torra es un candidato muy cercano a la CUP, ya que ha sido él quien ha liderado las conversaciones con la formación antisistema durante los últimos meses para debatir el rumbo de la legislatura.
De ser elegido, Torra asumiría una presidencia de carácter «provisional», como remarcó el propio Puigdemont en un mensaje grabado desde Berlín que sirvió para anunciar el nombre de su sucesor. El ex presidente de Òmnium, de hecho, estuvo ayer por la tarde en la capital alemana junto a Puigdemont y a Elsa Artadi, con quienes mantuvo una reunión para consensuar los pasos a seguir a partir de ahora.
El objetivo de Junts per Catalunya no es otro que investir a Carles Puigdemont «tarde o temprano», una estrategia que obliga a proponer a Torra como sucesor temporal con el único objetivo de «formar gobierno de forma inmediata» y acabar así con los efectos de la aplicación del artículo 155.
En el mensaje grabado de ayer, el ex president admitió que ahora se abre «una etapa de provisionalidad», una «fase no definitiva» por la existencia de «presos políticos» y «exiliados», y por la «amenaza permanente» de la intervención del Gobierno.
De hecho, Puigdemont dedicó gran parte de los nueve minutos que duró el vídeo a ensalzar su «legitimidad» tras los resultados obtenidos el 21 de diciembre y a repetir sus ataques contra el Estado, al que volvió a acusar de «represión» y de «autoritarismo». En un momento del mensaje, Puigdemont incluso encomendó la «gobernación interna» del Ejecutivo catalán a Quim Torra, reservándose para él mismo una parcela importante en el terreno internacional que podría materializarse en el denominado Consell de la República.
Esta fórmula permitiría al líder de JxCat mantener el foco mediático y político pese a su situación judicial –está en libertad bajo fianza–, mantener el pulso al Gobierno y alargar el proceso hasta que pueda hacerse efectiva una nueva convocatoria electoral que podría fijarse en octubre o en primavera del próximo año, ya que los comicios del 21-D también fueron anticipados.
Para ello, Puigdemont contará con un equipo de fieles encabezado por Torra, al que el propio ex president de la Generalitat convenció durante la campaña electoral para que se sumara a la lista de Junts per Catalunya. Desde entonces, se ha convertido en uno de los habituales del círculo íntimo del ex president, a quien visitó nada más salir de la cárcel en Alemania. Torra también ha defendido en el Parlament una propuesta de resolución sobre la restitución de las instituciones catalanas y la posición del grupo parlamentario en la segunda sesión de la frustrada investidura de Jordi Turull.
Con toda probabilidad, Torra encabezará un Ejecutivo perfectamente diseñado entre JxCAT y Esquerra, donde el PDeCAT tendrá un peso importante con varios puestos en consejerías clave. De hecho, si el nombre del posible presidente de la Generalitat ha sido un «dedazo» de Puigdemont, el Govern es un pacto entre partidos. El vicepresidente y responsable de Economía será Pere Aragonès, hombre que ha cogido las riendas en ERC desde el encarcelamiento de Oriol Junqueras y la huida de Marta Rovira. Artadi, eterna candidata, también ocupará un lugar destacado quizás como portavoz, mientras que los republicanos se quedarán con las carteras más sociales.
Perfil: Torra, un radical cuyo único mérito es la lealtad
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