Rajoy acuerda con el PSOE abrir una comisión sobre Cataluña en el Congreso

El presidente se compromete a preservar la unidad de España con medidas proporcionales.

Mariano Rajoy «abrió la puerta» ayer a la creación de una Comisión de Estudio en el Congreso para la «modernización» del Estado autonómico, una propuesta que el secretario general socialista, Pedro Sánchez, le explicó durante una conversación telefónica «cordial» que tuvo lugar ayer por la tarde. El acuerdo entre el Gobierno y el principal partido de la oposición en este delicado asunto es especialmente significativo y fuentes socialistas confirmaron a este diario que el partido tiene la firme voluntad de mantener un dialogo fluido con el Ejecutivo hata el primero de octubre.

En este mismo sentido, Rajoy aprovechó ayer la reunión de la Junta Directiva Nacional del PP para volver a recalcar la contundencia con la que está dispuesto a actuar su Gobierno para frenar el desafío independentista. Desde el diálogo constante con el líder del PSOE, Pedro Sánchez, y el de Ciudadanos, Albert Rivera, el presidente del Gobierno calificó de «disparate» la situación y ratificó que la consulta «ilegal» no se celebrará y que tampoco entrarán en vigor las leyes con las que Juntos por el Sí pretenden organizar el referéndum de autodeterminación. No hay ninguna garantía democrática, no tienen apoyos internacionales y afrontan el proceso divididos, defendió el presidente. Y a pesar de que sabían que no les apoyarían en Europa ni en ningún país, que van contra la ley, y que se irían de Europa si culminasen su objetivo han decidido «mantener su huida hacia adelante».

Rajoy no anticipó escenarios ni decisiones. Las leyes rupturistas serán suspendidas y los políticos que se coloquen al margen de la ley se arriesgan a ser inhabilitados, se limitó a recordar. Pero sí insistió en descalificar el camino a ninguna parte del independentismo y su incapacidad para rectificar pese a que sólo hayan conseguido dividir más a los catalanes y hacer más fuertes a los más extremistas.

«Que la CUP exigiera la cabeza de Artur Mas y se le diera es un disparate, y que ahora se les deje dirigir el Gobierno es un disparate mayor», enfatizó el jefe del Ejecutivo.

Rajoy arremetió contra el procedimiento utilizado por la Generalitat para impulsar la ruptura. Que no haya debate parlamentario, que hayan hecho una ley, la del referéndum, que no está calificada por la Mesa, que no va en el orden del día del pleno del Parlamento, sin que haya tiempo para aprobarla y que sería ilegal aunque la aprobarán. «El procedimiento con el que se pretende aprobar esos textos no se ha producido nunca desde que recuperamos las libertades democráticas», explicó.

En una semana en la que se espera la embestida del Parlamento catalán, y que, en concreto, mañana se formalice en el Pleno de la Cámara autonómica, el presidente aprovechó para dirigirse a la opinión pública con el mensaje de que su Gobierno está dispuesto a actuar con proporcionalidad e inteligencia frente a un Gobierno secuestrado por la CUP y en el que Carles Puigdemont no tiene ningún liderazgo. Su legado, a su juicio, habrá sido colocar a Cataluña al nivel de la España predemocrática, en total ruptura con el marco legal.

«Quieren aprobar una ley ilegal, convocar un referéndum ilegal y quitarle a la oposición su derecho al debate», incidió el presidente. Frente a este desafío, Rajoy reclamó unidad a los suyos desde la confianza en que el Estado de Derecho parará el órdago. Moncloa prevé que la Mesa del Parlamento catalán trámite la ley del referéndum esta semana, incluyéndola en el orden del día del Pleno del miércoles para excluir el debate y las enmiendas de la oposición. Y ante la tensión en el independentismo, pero también entre algunos de los suyos, Rajoy incide en que no permitirá el referéndum de independencia aunque no adelante sus cartas. «No puede existir un Gobierno democrático que va contra la ley fundamental de la democracia y la Constitución. Vamos a preservar la unidad de España y el cumplimiento de la ley».

Rajoy acusó a Puigdemont de no querer negociar, y le echó en cara también haber ignorado que la consulta era innegociable porque afecta a la soberanía nacional, que no recae en las Cortes ni en el Gobierno, sino en el conjunto de los españoles.