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Rajoy: «No voy a dar un paso al lado. Yo no soy como Artur Mas»

El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, durante la entrevista con Jordi Évole
El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, durante la entrevista con Jordi Évolelarazon

«La gran coalición sería lo mejor para España» y «no, no voy a dar un paso al lado». Estas dos frases resumen la posición del presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, durante la entrevista que concedió al programa «Salvados» de La Sexta y que se emitió anoche. Más de cien días después de las elecciones generales y todavía con las negociaciones, las cesiones y la posibilidad de unas nuevas elecciones el 26 de junio, el líder del PP se sometió a las preguntas de Jordi Évole y dejó claro que a estas alturas, por muchas formaciones que se unan para desbancar a la lista más votada, «España se convertiría en un país ingobernable. Y eso no me gusta».

Como ejemplo de esa «estabilidad» que daría la gran coalición que busca y lleva repitiendo desde la cita con las urnas del pasado 20 de diciembre, Rajoy habla del caso de Alemania. O de Austria, «lo que pasa es que allí gobierna el partido socialdemócrata, es el primero, el PP es el segundo...». «Lo que funciona en Europa, incluso en las instituciones europeas».

De hecho, cree que ese supuesto acuerdo al que podrían llegar PSOE y Podemos «es difícil», porque «se necesita la colaboración vía voto a favor o vía abstención de ERC, de la antigua CDC, del PNV, de IU y de todos los grupos que conforman Podemos», lo que «no me gusta», recalca, «porque eso suma, pero lo que pasa es que convierte a España en ingobernable». Su opción, sin embargo, «daría un mensaje de tranquilidad, de seguridad, de estabilidad y podríamos trabajar para consolidar la recuperación económica».

En este punto, y ante las voces que le piden que de un paso atrás y se retire para facilitar las cosas, el presidente en funciones tiene claro que continuará siendo el líder del PP y que «no voy a dar un paso al lado». De fondo, el recordatorio de que el ex presidente de la Generalitat catalana, Artur Mas, decía lo mismo con la misma seguridad pero al final cedió...: «Yo no soy Artur Mas», sentencia.

Pero estas negociaciones o las peticiones de abandono no son las únicas batallas a las que el líder de los populares tiene que hacer frente en todo este tiempo que lleva en funciones. La corrupción ha vuelto a saltar a la escena y durante la entrevista volvieron a sonar nombres como «Bárcenas» y casos como «Gürtel», «Acuamed», «Púnica» o «Palma Arena».

Sobre el ex tesorero del PP y los mensajes que le mandó, asegura tajante que «no siempre se acierta en la vida», al tiempo que confiesa también que «me arrepiento, como es normal, de haber mandado esos SMS». Eso sí, no duda en reconocer que si hubiese conocido la actividad delictiva de Bárcenas «no lo hubiera nombrado tesorero». Al igual que cuando le habla de Jaume Matas o Alfonso Rus, afirma: «Me he equivocado».

Mientras, sobre las obras de la sede de la calle Génova que supuestamente se pagaron con dinero negro, Mariano Rajoy, responde con la misma pregunta: «Quién ha pagado con dinero negro las reformas de la calle Génova. Si es que se han pagado con dinero negro, porque yo...» y deja claro que «los tribunales aún no lo han dicho».

En lo que se refiere a los casos de corrupción que se repiten en numerosos puntos de España, el presidente en funciones apunta que en su partido «hemos apartado a todas esas personas que han incurrido en casos de corrupción» y «vamos a dar la batalla», porque «es uno de los temas de futuro que me gustaría que en los próximos años pactásemos todos los partidos». En este punto surge el nombre de la ex alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, a quien Rajoy defiende apuntando que «de momento no está imputada» y que «el juez es quien tiene que decidir si un comportamiento es corrupto».

La relación y los contactos con el nuevo presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, también centran parte de la entrevista. Rajoy reconoce que, aunque «no le he llamado todavía», «también podría llamarme él», mientras reconoce que la situación no se debe a «un problema de orgullo ni de gato y ratón».

Pero a la hora de valorar su labor como presidente durante estos años, a Rajoy le gustaría ser recordado por los ciudadanos como «una persona honesta con sus compatriotas, que pudo haberse equivocado y que tuvo que tomar decisiones difíciles que en circunstancias normales no haría», pero que, si lo hizo, fue «porque miró por el interés general». Eso sí, señala que quiere seguir «porque hay muchas cosas todavía por hacer», como crear más puestos de trabajo. Inlcuso el presidente en funciones aprovechó para recordar «lo bueno que tiene España», como ser «un país al que el año pasado vinieron 65 millones de personas», con «un sistema de pensiones público como nadie o un sistema de sanidad público como nadie». «Éste es un gran país».