Política

Rajoy no revelará sus «cabezas de lista» hasta noviembre

John Kerry y Mariano Rajoy, ayer durante su reunión en La Moncloa
John Kerry y Mariano Rajoy, ayer durante su reunión en La Moncloalarazon

El resto de la candidatura se conocerá semanas después y se presentará junto con el programa electoral oficial.

El Comité de Dirección del PP se reunió ayer sin la presencia del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, porque recibía en La Moncloa al secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry. El calendario ya venía marcado de antes y, en principio, no tienen intención de modificarlo pese al ruido, «más externo que interno», se justifican en Génova. En la agenda establecida, la intención es que los cabezas de lista sean presentados a principios de noviembre, y días después se conozca al resto de la candidatura. En esas primeras semanas de noviembre, después de los candidatos, el PP presentará su programa electoral. Puede haber alguna variación de días, pero no se anticipará sustancialmente sobre esta decisión inicial.

En la dirección popular sostienen que Rajoy no va a cambiar su hoja de ruta ni sus plazos para ajustarse a la estrategia de la oposición ni a demandas desde otros sectores próximos al PP, aunque en algunos casos no sean del partido. En cuanto a la composición de la candidatura, en los «número uno» entrarán los ministros que no tienen escaño. También se prevé que el vicesecretario de Comunicación, Pablo Casado, encabece la lista de Ávila; y el de Organización, Fernando Martínez Maíllo, la de Zamora. De las otras dos incorporaciones en Génova, Andrea Levy, secretaria de Estudios y Programas, seguirá como diputada catalana; y hay dudas sobre el encaje del vicesecretario de Acción Sectorial, Javier Maroto. En cuanto a la secretaria general, María Dolores de Cospedal, en el PP, a falta de que hable Rajoy, como «cabeza de lista» al Congreso por Toledo o por Albacete. Y el vicesecretario de Política Autonómica, Javier Arenas, seguirá como senador. La renovación más importante vendrá por debajo de los «número uno», con especial atención a Madrid, donde quedan huecos en puestos de salida por las bajas que se han producido en esta Legislatura y que se fueron cubriendo tirando de la candidatura, o por los sitios que dejan los que caen ahora, como Cayetana Álvarez de Toledo y otros nombres desde la cuota de Esperanza Aguirre.

Esta semana, Rajoy la tiene resuelta con el congreso del Partido Popular Europeo (PPE) que se celebra en Madrid y que será utilizado por los populares como espaldarazo a las políticas del Gobierno. La canciller alemana, Angela Merkel, y los principales líderes del PPE respaldarán la gestión de Rajoy y reivindicarán además el valor de la unidad, en lo que afecta a Europa y también a una España unida. El congreso europeo lo han preparado con la visión de que sea un aval al reformismo de Rajoy, y que éste sea señalado como un ejemplo para el resto de la UE, en crecimiento, empleo y economía social, según explican desde Moncloa. Ya el sábado, Rajoy continuará con su precampaña con un viaje a Alicante dentro de un calendario en el que, de aquí a las elecciones, todos los fines de semana estarán dedicados a la agenda electoral.

El PP disputa estas elecciones generales con dificultades internas y en un terreno movedizo, porque es evidente que se va hacia un Parlamento fragmentado y en el que la investidura del nuevo presidente del Gobierno dependerá de la negociación y de las alianzas postelectorales. Pero la dirección popular, con Rajoy a la cabeza, arranca esta larga campaña electoral intentando trasladar un mensaje de confianza y hasta de optimismo a sus cuadros dirigentes y a sus bases. La tesis que pregonan es que el aparato del PP tiene la entidad y la fortaleza necesaria como para aguantar el envite de la competencia electoral que representa Ciudadanos. Todo depende de que sean capaces de movilizarse. También se agarran al hecho de que todas las encuestas, como la que ayer publicada este periódico, garantizan que serán la lista más votada y que las cifras también apuntan hasta ahora que la suma PP+ Ciudadanos sacaría mucha ventaja a la del PSOE+Ciudadanos porque el partido de Pedro Sánchez sigue estancado en sus resultados de 2011. Rajoy también está trasladando a su partido su confianza en que la formación de Albert Rivera irá desinflándose a medida que avance la campaña y se imponga el voto útil.

En su análisis, desde la cúpula popular sentencian que Ciudadanos «está cometiendo errores al concretar su discurso y está incurriendo en un exceso de triunfalismo». Mucho menos críticos, por cierto, son en las organizaciones territoriales y entre los cargos intermedios del partido cuando miran a la situación de esta formación. Una preocupación a la que Génova intenta poner sordina con el argumento de que Ciudadanos le está también comiendo terreno al PSOE, no sólo al PP, y que no llegarán a las generales con el impulso que han cogido en las elecciones catalanas. No obstante, el sondeo de NC Report que ayer publicaba este periódico confirmaba que, de momento, Rivera sí ha rentabilizado a nivel nacional su buen resultado en las autonómicas que se han celebrado en Cataluña, ya que por primera vez el porcentaje de antiguos votantes del PP que declara que votará a Ciudadanos el 20-D supera a los que se sitúan en la abstención. Génova está convencida de que este aviso, en una semana marcada también por su ruido de sables internos, se corregirá según se imponga el discurso de la recuperación y la estabilidad.

La estrategia y el calendario lo mantienen intacto. Y el discurso se centrará en el balance, y en la idea de que el PP representa la seguridad y en el empleo, en vísperas de una EPA que dicen que será «buena». En cuanto a los debates electorales, la cúpula popular admite que el «cara a cara» en La Sexta entre Albert Rivera y Pablo Iglesias supone un punto de inflexión, que obliga a ajustarse a un nuevo contexto. En lo que afecta a si Rajoy se sentará a debatir con los líderes emergentes, la respuesta tira hacia la prudencia. «Eso hay que estudiarlo muy bien antes», explican desde el Comité de Dirección. Ahora bien, el portavoz, Pablo Casado, precisó en una comparecencia que su partido acudirá a todos los debates y no dejará ninguna silla vacía.