El desafío independentista
Recoder, el ex consejero de Mas que se postula para moverle la silla
barcelona- Fue el consejero de Territorio y Sostenibilidad la pasada legislatura y pidió al presidente de la Generalitat, Artur Mas, no repetir en el nuevo gobierno. Su decisión, sin embargo, era una despedida a medias porque Lluís Recoder se siente comprometido con el proyecto de su partido hasta el punto de mantener su escaño de diputado en el Parlamento catalán. Desde la Sant Cugat en la que fue alcalde, dejó ayer abierta la posibilidad de suceder a Mas si Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) le propusiera ser cabeza de lista en las autonómicas. «No cierro la puerta a nada», afirmó el ex consejero a la publicación «Tot Sant Cugat».
El Recoder abogado, después de largos años dedicado a la política que le han llevado a todos los estamentos incluyendo el Congreso de los Diputados, resaltó que «si llega el caso que me pregunta me lo pensaré, pero mi vida ha girado hacia horizontes muy alejados de la política». Su nombre es uno de los que suena como futuro número uno de CDC después de que Mas dijera que se retirará de la primera línea una vez encauzado el proceso independentista cuya primera parada es el referéndum.
El ex consejero no forma parte del conocido «pinyol» soberanista que aupó a Mas y del que forma parte Oriol Pujol y eso, llegado el momento en que se empiece a perfilar la sucesión, puede jugar en su contra, pero a nadie escapa que la situación del número dos del partido no es la misma desde que estalló el «caso ITV». A Recoder se le conoce su independencia dentro del partido y como consejero encargado de las obras públicas desaconsejó realizar una privatización que lleva su firma. No es otra que la concesión por 50 años de la compañía Aguas Ter Llobregat, que supuso a la Generalitat el ingreso de 1.000 millones en el último suspiro de la pasada legislatura –una cifra clave para rebajar el déficit e intentar cuadrar las cuentas– y que ahora está inmersa en un culebrón legal que incluye la desautorización de un organismo de la propia Generalitat.
En la entrevista no esconde que también le hubiera hecho ilusión formar parte del Govern que quiere convocar la consulta soberanista porque defiende «un país que pueda decidir su propio futuro, que tenga su propio Estado». Y también aprovecha para analizar la situación entre los socios de CiU que no dejan de chocar por su manera de enfocar la consulta soberanista y el camino posterior a seguir. A su juicio, la divergencia de discursos que se repite con insistencia desde que Convergència pasó de pedir el pacto fiscal a reclamar la independencia puede distanciar a ambas formaciones porque genera confusión entre los militantes y simpatizantes del partido. Además, «los ciudadanos de Cataluña se merecen que CiU lance un mensaje claro: ya sufrimos estas confusiones durante la campaña electoral. ¿Puede peligrar la coalición? En algún momento sí», afirma. El ex consejero también argumenta que «si tenemos que aclarar nuestro discurso puede haber un momento en que los discursos de CDC y UDC sean dos caminos que tomen variantes que sean divergentes, tenemos que hacer esfuerzos para ver hasta dónde podemos ir juntos y si hay una vía de trabajo en común de futuro».
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