Rajoy, año II
Reformas sí, y a su tiempo
Envía la Secretaría de Estado de Comunicación un PowerPoint con un extracto del discurso del presidente Rajoy sobre la Economía en 2013: el año de la inflexión hacia el crecimiento. En la primera «slide» se puede leer su resumen en algunas frases: «un programa reformista», «superando la crisis de la deuda», «reestructuración bancaria», «impulsando la competitividad de la economía», «país creíble, solvente y que genera confianza». Es la versión oficial del Gobierno sobre lo que ha ocurrido en economía los dos primeros años de legislatura. Las numerosas cifras que avalan el discurso se recogen en las reseñas que el lector encontrará en este número de LA RAZÓN. Por eso basta citar dos: a) como síntesis, la bajada de la prima de riesgo, desde 639 puntos el 27 de junio de 2012 hasta 228 este 17 de diciembre; b) como significativa, el paro registrado de noviembre de 2012 a noviembre de 2013 que disminuyó en 98.909 personas, siendo el primer año en que ocurre una caída de esa cifra desde 2007. En resumen, el presidente puede argumentar que endereza la economía, aunque lentamente. Los números le avalan. La pregunta es qué significa esto para 2014 y siguientes. ¿Supone la recuperación definitiva? Como la economía depende de muchos factores nadie puede asegurar lo que ocurra en 2014. Pero las cosas pintan bien. Mejor que años anteriores. No obstante todo dependerá –como avisan los organismos internacionales– de que se mantenga el impulso reformador. Algo en lo que influirá el horizonte electoral. 2013 ha sido un año sin elecciones. Las elecciones europeas del próximo mayo son las primeras de un periodo que acaba en noviembre de 2015 con los comicios generales ¿Frenarán las reformas? Entre las reformas anunciadas para 2014 están: el sistema tributario, la financiación autonómica, la disciplina fiscal, continuar la de la Administración pública, .... Una lista que acaba con la reforma de los mercados energéticos y del transporte. ¿Es un «acto fallido» dejar al final de la lista la reforma de los mercados energético? No parecía lo más importante, pero ahora es urgente. Y «lo urgente es lo importante que no se hizo a su debido tiempo». En la tarifa eléctrica la reforma ha llegado tarde. Ésa puede ser la crítica al discurso: tan necesario como hacer bien las reformas es hacerlas oportunamente; porque, por ejemplo, como contribuyente creo que la reforma tributaria empieza a ser urgente.
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