Política

El Rey abdica

Algo más que la Reina Letizia

La futura Reina deberá optar entre ser simplemente la compañera del nuevo Rey sin más o crearse su propia parcela sin hacer sombra al Jefe de Estado

La Reina conversa con Doña Letizia en un acto
La Reina conversa con Doña Letizia en un actolarazon

Seis meses ha tenido la Princesa Letizia para digerir la noticia de que en un plazo muy breve de tiempo se iba a convertir en Reina de España. En el periodo que abarcan tan sólo dos estaciones –el invierno y la primavera que está a punto de terminar– la esposa del heredero se ha tenido que plantear como va a afrontar esta nueva etapa de su vida tras el paso trascendental de Don Juan Carlos de abdicar la Corona en su hijo el Príncipe Felipe. Por la activa y dinámica mente de la Princesa habrán pasado miles de pensamientos acerca de ese nuevo papel que está a punto de desempeñar y los retos que tendrá que afrontar para superar, y si es posible con buena nota, las pruebas que se le presenten. Letizia está en una encrucijada en la que habrán de optar entre ser simplemente la compañera del nuevo Rey sin más o crearse su propia parcela de actividades sin hacer sombra en ningún caso al nuevo Jefe del Estado.

La Constitución española es parca a la hora de fijar el papel de la consorte del Rey. Tan sólo le reserva un papel activo en el caso de que el monarca muera y su heredero sea menor de edad, en cuyo caso ha de asumir el papel de regente hasta que el sucesor cumpla los 18 años. No hay más atribuciones establecidas, con lo cual la consorte del monarca tiene que ir con mucho tiento y actuar de forma prudente a la hora de establecer el papel que va a desempeñar.

Doña Letizia tiene que saber perfectamente, porque es una mujer inteligente, que no es tarea fácil la que tiene por delante. Doña Sofía deja el listón muy alto aunque tampoco lo tuvo muy sencillo al principio. Lo único que tenía y ha tenido siempre claro es su voluntad clara y decidida de ser útil a los demás. En primer lugar, doña Letizia debe ser útil a la institución, apoyar a su marido en su tarea de Estado, asumir dignamente su papel representativo y actuar de forma coordinada con el nuevo Rey. Después, conseguir que los ciudadanos de este país, que no tienen precisamente unas marcadas inclinaciones monárquicas, confíen de nuevo en la Corona y vean en sus integrantes un modelo a seguir por su comportamiento ejemplar y sin tacha.

De cualquier forma, el cambio en la actitud de la Princesa de Asturias en los últimos meses ha sido bastante evidente. Nada que ver las caras largas del año pasado junto con algunas discusiones con el Príncipe que trascendieron públicamente y la rebeldía al viajar ella sola a Madrid desde Mallorca el verano anterior, con una imagen de una mujer sonriente, cariñosa con Don Felipe en actos públicos y en sus salidas privadas o en su primera aparición con las Infantas en un acto oficial. Ahora que hemos sabido que la Princesa Letizia conoció la decisión de su suegro de dar el relevo a su marido en el pasado mes de enero, entendemos ese cambio en ella, un cambio positivo. Y que ha dejado atrás los rumores de crisis de pareja que llegaron a preocupar a todos los que desean la estabilidad dentro de la institución.

Ahora es tiempo de preparar los dos actos más importantes del proceso de relevo que se esta realizando en la monarquía española: el acto del Palacio Real, en el que el Rey Juan Carlos sancione la ley que da cobertura legal a su abdicación y que da paso al reinado de su hijo, y la jura y proclamación de Felipe VI en el Palacio de la carrera de San Jerónimo seguida del primer discurso del nuevo monarca. Al haber querido mantener a las Infantas Leonor y Sofía al margen de la vida institucional durante todos estos años, es razonable imaginar que una de las tareas prioritarias de Doña Letizia esos dos días será estar pendiente de sus hijas para que no se sientan abrumadas por la solemnidad de la ocasión. Ellas no están acostumbradas a unos ambientes tan serios y protocolarios, por tanto será su madre las que les sirva de apoyo y les guíe en momentos tan importantes para su familia. Tanto Leonor, que pasará a ser Princesa de Asturias al subir su padre al trono, como Sofía han alcanzado ya lo que se ha dado en llamar la edad de la razón, es decir, que ya son capaces de discernir la importancia de las cosas y la trascendencia de cualquiera de sus actos. Pasar de una situación de hiperprotección como la que ha rodeado a las hijas de los Príncipes a una de sobrexposición puede abrumar a unas niñas no acostumbradas a esas novedades.

Llega un tiempo nuevo para la familia Borbón Ortíz, un tiempo de cambios y transformaciones en el que se convertirán el próximo día 19 de Junio en la primera familia de España.