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Casa Real

Una religiosa española planta cara a las redes de prostitución en Cabo Verde

La Reina termina su décimo viaje de cooperación en un centro regentado por las hermanas Adoratrices

La Reina con la hermana Milagros en el centro de formación de las Adoratrices Casa Real

Milagros García (Algeciras, 1964) es una fuerza de la naturaleza. Esta religiosa de la Congregación de las Adoratrices lleva en Cabo Verde siete años y ha dedicado más de la mitad de su vida a las mujeres que se ven obligadas a ejercer la prostitución. Primero en Andalucía y ahora en este país insular africano, donde lidera un programa de atención psicosocial a mujeres y adolescentes víctimas de explotación sexual, tráfico de seres humanos, prostitución y violencia de género.

Se expresa con una pasión que conmueve y, aunque no quiere dar muchos detalles para evitar la persecución de las mafias, aquí todo el mundo la conoce. Los centros de formación en los que presta asistencia a las chicas junto a otras tres religiosas no tienen cartel en la puerta ni se anuncian. Ya han ayudado a más de 160 mujeres en solo dos meses de colaboración con la Agencia Española de Cooperación Internacional y Desarrollo (Aecid) y no dejan de tocar a su puerta. “Funciona sobre todo el boca a boca porque aquí se sienten en casa, seguras”, explica la misionera. La solidaridad española las apoya con 300.000 euros para el proyecto “Kredita Na Bo”, (“Cree en ti”, en criollo).

Su método es la afectividad, la acogida sin juicio, la ausencia de proselitismo. Son mujeres ayudando a mujeres. Por mucho que las adoratrices saquen su fuerza de “el jefe”, como dice Milagros, hay mucho de sororidad. A diferencia de España, aquí no cuentan con casas de acogida, aunque escuchando a esta algecireña es fácil creer que no duda en llevarse con ella a cualquier chica que lo necesita.

El proyecto de la Fundación Amaranta de estas religiosas españolas ha sido la última parada de la Reina en su viaje de cooperación que termina hoy. Doña Letizia ha comenzado el día con un desayuno con la primera dama caboverdiana antes de visitar con ella la “Fazenda da Esperança” (Hacienda de la Esperanza, en criollo), un centro dedicado a la rehabilitación de adicciones.

Cuenta Milagros que la Reina tiene una escucha especial para estas situaciones que implican a mujeres vulnerables. "Que ponga el foco en la mujer es algo grande y además doña Letizia es una persona muy sensible con el tema de la trata y de la violencia contra la mujer". Lo cierto es que el turismo que da de comer a este rosario de islas tiene un lado oscuro. También lo ejercen mujeres europeas con chicos que aún no han cumplido los 18 y a los que les mandan dinero durante todo el año. Los llaman "los niños de la Western Union".

El manejo de la frustración parece una herramienta fundamental para no tirar la toalla. Dice esta adoratriz que "muchas veces perdemos la pista de las jóvenes y no conocemos el motivo. De pronto, dejan de venir y no sabemos qué ha sido de ellas”. Pero también hay muchos casos de éxito, caboverdianas que ha salido del pozo del mercadeo sexual y deciden qué hacer con su futuro.

La igualdad de género, la reducción de las desigualdades y la economía azul han sido las tres patas del décimo viaje de doña Letizia de la mano de la Aecid. Patricia Ramos, coordinadora general de la cooperación española en Cabo Verde, ha asegurado que "la visita de la Reina ayuda a reforzar todo el trabajo que hacemos aquí, que a veces no resulta fácil y exige sacrificios, también a nivel personal".

La cooperación española está presente aquí desde 1999. Aunque es un país de renta media baja en la que pervive un 25% de pobreza estructural. Sin embargo, según Patricia Ramos, "gracias a los recursos del mar, podemos decir que está más desarrollado que otros países africanos aunque siga habiendo importantes carencias". La buena noticia es que "su Gobierno pues está comprometido con el desarrollo del país y, desde luego, eso facilita mucho nuestro trabajo".