75 años del Rey
Respaldo mayoritario a la labor del Rey
Las preguntas 8 a 11 de la encuesta de NC Report para LA RAZÓN sobre el grado de conocimiento de la figura del Rey, hacen referencia al papel político de la Corona en la España de los últimos cuarenta años. Es un asunto delicado. Por su propia naturaleza, la actividad política es ajena a cualquier unanimidad. Además, la Constitución española otorga a la Corona un papel moderador, lo que da pie a la discrepancia. Y por si fuera poco la Transición y la conformación de la España democrática, con los cambios de organización del Estado, de sociedad y de mentalidad que han acarreado, han otorgado a Don Juan Carlos un protagonismo que no habrá tenido ningún otro monarca de su tiempo.
Pues bien, si tenemos en cuenta todo esto comprenderemos lo gigantesco que resulta el respaldo obtenido por el Rey entre la opinión pública española.
Aquí no se trata de simpatías, ni de la valoración del símbolo, ni de una cercanía emocional natural a quien representa a la Nación. Aquí se trata de valorar una actuación de carácter político y los resultados no dejan la menor duda acerca de lo que los españoles piensan de su Rey en este aspecto. Será difícil superar este grado de aprobación.
La valoración es muy positiva en cuanto a los hechos pasados, en particular en la actuación del Rey en el 23-F (pregunta 9) y en la Transición (pregunta 8). El protagonismo del Rey queda reconocido, y se pone de relieve que el conjunto de la sociedad española conoce bien lo que la actual situación de democracia y libertad debe a Don Juan Carlos: no hay desmemoria ni falta de gratitud. La amplitud del apoyo revela que la acción, más allá de su alcance político, es juzgada como lo que realmente fue: fundadora de un nuevo Estado, de una nueva forma de convivencia entre españoles. El Rey, desde este punto de vista, viene a simbolizar la nación en su sentido moderno y constitucional: la nación de personas libres, responsables y con derechos, la nación de ciudadanos. Más allá del juicio acerca del monarca, esto indica también, sin ambigüedades, la importancia que la opinión concede a la Transición. Queda demostrado que los diversos intentos por desacreditarla no han calado. Ocurre más bien al revés: el aprecio crece con el tiempo, y tal vez se perciba aquí cierta nostalgia por unos años en los que los dirigentes políticos eran capaces de dialogar y entenderse para fundar algo serio y relevante
La situación cambia ligeramente con la valoración que el Rey merece como embajador de España (pregunta 11). Aunque mayoritaria entre los mayores de 29 años, la respuesta positiva se impone con una cierta dificultad entre los menores de 30 años. Resulta un poco desconcertante, porque el papel del Rey fuera de nuestro país resulta evidente en el extranjero y en algunos sectores de la vida española. No ocurre así, en cambio, en otros estratos de la población. Los españoles seguimos juzgándonos a nosotros mismos con más dureza que como nos juzgan fuera y muchos ponen en duda el papel de quien encarna de forma difícilmente mejorable la realidad de la nación Un buen punto de reflexión para los responsables políticos de la Marca España.
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