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Rubalcaba acusa al presidente de empobrecer a los ciudadanos

El secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, durante su intervención en la sesión de la tarde del debate sobre el estado de la nación que hoy ha arrancado en el Congreso de los Diputados
El secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, durante su intervención en la sesión de la tarde del debate sobre el estado de la nación que hoy ha arrancado en el Congreso de los Diputadoslarazon

Si el XXIV Debate de la Nación fuera un ensayo del arranque de la campaña, podríamos decir que mayo además de unas elecciones nos traerá a un Rubalcaba dispuesto a echar el resto, jugársela al todo o nada y dar la batalla por la supervivencia.

Si el XXIV Debate de la Nación fuera un ensayo del arranque de la campaña, podríamos decir que mayo además de unas elecciones nos traerá a un Rubalcaba dispuesto a echar el resto, jugársela al todo o nada y dar la batalla por la supervivencia. Quienes le daban por muerto vieron ayer, en la tribuna de oradores, a un «difunto» muy vivo, con una fuerza diálectica que hacía tiempo no exhibía y un discurso pegado a la realidad social que puso en pie a la exigente y siempre crítica bancada socialista. Sin papeles, con un escueto guión de apenas dos folios, sin leer y con un tono que en ocasiones tronó en el hemiciclo se dirigió al presidente del Gobierno con un lacónico «¿En qué país vive usted?»

Arrancaba tras esta frase la primera de más de una docena de ovaciones que le regalaron los suyos y que siempre fueron contestadas con el murmullo y la jarana de la bancada de enfrente. Rubalcaba contrapuso con un dibujo de «la vida de los españoles» la estadística de un Rajoy que dejó el flanco social al descubierto en su intervención de la mañana. Le acusó de haber empobrecido a los ciudadanos y haberles quitado derechos y libertades, pero con mucho más brío le imputó usar la crisis económica de coartada «para hacer lo que la derecha siempre quiso hacer y nunca se atrevió a plantear publicamente». Lo espetó también de este modo: «Siempre han pensado que los españoles teníamos muchos derechos y las mujeres mucha libertad. Y han ido contra todo ello cuando han tenido oportunidad». Tras identificar al jefe del Ejecutivo con la derecha de siempre, «enemiga de trabajadores, mujeres y sanidad pública hasta llegar a la apoteósis de la desigualdad» le achacó haberse presentado ante el Congreso con una «triple mentira»: que lo peor de la crisis ha pasado, que no tenía otro remedio para hacer lo que ha hecho y que además no le ha gustado mucho hacerlo. Luego, igual que hiciera Rajoy por la mañana leyó titulares recientes de prensa para contrarrestar los que blandió el jefe del Ejecutivo en defensa de su gestión económica: la destrucción de 184.000 puestos de trabajo», una reforma laboral que «baja los sueldos el diez por ciento», niños «en riesgo de pobreza» y una ley del aborto que «dañará la salud de las mujeres». Titulares todos ellos que muestran, en su opinión, cómo viven los españoles dos años después de que el PP llegara al Gobierno. Menos empleo, más deuda y menos crédito fue el resumen que hizo pasado ya el Ecuador de la Legislatura. Y todo, pese a que, el Gobierno «siempre tuvo opciones, pero eligió ir contra los más débiles». Así que su pronóstico fue que la «recuperación no llegará hasta que les quite de encima a los españoles sus recortes y les devuelva sus derechos».

El tono del Rubalcaba más mitinero se mantuvo hasta el final de un cara a cara tenso, pero no bronco, aunque interumpido por algunos populares cuando el jefe de la oposición dibujaba a un Gobierno que «siempre creyó que los tabajadores tenían muchos derechos y mucha igualdad y las mujeres, mucha libertad». Lo dicho: que el muerto parece muy vivo y además levantó la moral de la deprimida tropa socialista. Y es que la mañana empezó para ellos con una demoledora encuesta.