Pactos electorales
Sánchez asume, cuatro meses después del 20-D, que no podrá gobernar
Anuncia que el PSOE no se moverá y apremia a Podemos porque «la pelota está en su tejado».
Anuncia que el PSOE no se moverá y apremia a Podemos porque «la pelota está en su tejado».
No por esperados, los resultados del referéndum de Podemos a sus bases mitigaron su efecto demoledor sobre las opciones presidenciales de Pedro Sánchez. El 88% de oposición a su acuerdo con Albert Rivera obligó ayer al líder socialista a cambiar el sentido de su relato, ese puñado de argumentos en clave electoral que busca trasladar la carga de la repetición de los comicios en lugar de pelear por evitarlos. A Sánchez le ha bastado apenas una semana para virar de nuevo en su discurso, para rectificar, retirando la «mano tendida» que ofreció el pasado martes a Pablo Iglesias en el Congreso, y recuperar la dureza del argumentario que apunta a que el tiempo de las ofertas por parte del PSOE se terminó.
A pesar de que los socialistas defienden que «ni renuncian, ni se resignan, ni se rinden», lo cierto es que ya han bajado los brazos en lo que a forjar alianzas se refiere. Sólo un gesto –por parte de la formación de Iglesias– podría reactivar un clima de negociación, ralentizado desde que hace diez días el líder de Podemos anunciara que consultaría a la militancia los pactos de gobierno. Hasta que eso ocurra, el PSOE se mantendrá férreo en sus posiciones. No buscará un acuerdo de última hora con los actores del bloqueo –Rajoy e Iglesias– ni romperá la alianza con Ciudadanos para explorar otros horizontes más a su izquierda. Unos horizontes que requerirían del aval activo o pasivo de los partidos independentistas, un apoyo que los socialistas persisten en rechazar. «El tiempo de las ofertas y las contraofertas ya ha acabado», reiteró el portavoz socialista, Antonio Hernando, en una suerte de «déjà vu».
El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, reunió ayer en Ferraz a su Ejecutiva federal y al equipo negociador que ha dirigido los contactos de investidura hasta ahora. El motivo de la cita: dar cuenta ante la dirección de los trabajos que se han efectuado y descargar la responsabilidad por su fracaso en hombros de «otros partidos». Hernando asumió el tono derrotista que últimamente le caracteriza para explicar cómo los socialistas «hemos hecho todos los esfuerzos, todo lo que hemos podido» y «hemos cumplido con nuestra responsabilidad», aunque sin los objetivos deseados. Una actitud que contrasta –en su opinión– con la de otras formaciones que son a las que ahora les corresponde dar un paso al frente. «Ahora son otros los que se tienen que mover», insistió. Prueba de ello es que mientras que el PSOE ha elaborado hasta «25 documentos» para propiciar el acercamiento con formaciones de todo el espectro ideológico como PNV, IU o Compromís, «algunos, como Rajoy, no se han levantado ni del sillón» y otros se han levantado a las 12 horas de sentarse en la mesa de negociación, en alusión a Podemos.
En la batalla del relato, que es la que se juega ahora, una vez asumida la repetición electoral, el PSOE intentó ayer desvirtuar el significado de la consulta a las bases moradas. En este sentido, Hernando aseguró que «respeta» el resultado, si bien se mostró convencido de que «lo que el 100% de los votantes de Podemos no quiere es a Mariano Rajoy al frente del Gobierno de España», por lo que pidió a Iglesias que «tome nota y actúe en consecuencia» ante «un gobierno cercado por la corrupción y cuyo presidente no sabe, no contesta y no da explicaciones». Respecto a la redacción de las preguntas y lo pilotado del proceso en el que se apuntaba a una dimisión en bloque si el resultado no era negativo, el portavoz socialista señaló que «nos hubiera gustado que se hubiese hecho una consulta sobre acuerdos firmados» y «sobre el acuerdo a tres» que proponía el PSOE, en lugar de una consulta «para bloquear».
Lo que, a pesar de la inminencia de las elecciones, también sigue bloqueado es el diálogo con el PP. En respuesta al «gesto» de Pedro Sánchez que demandan desde Génova para abrir un diálogo con los socialistas, Hernando pidió a Rajoy «un poco de seriedad» y puntualizó que éste «no ha querido llamar nunca ni a Sánchez ni al resto de líderes políticos, y razones tienen para no hacerlo porque sabe lo que se va a encontrar: nadie va a llegar a un acuerdo con un presidente del Gobierno que está asediado por la corrupción».
En este viaje sin retorno que han emprendido los partidos políticos hacia las elecciones, el PSOE también tiene que poner en orden sus asuntos internos. Se prevé que la próxima semana, la Ejecutiva convoque un Comité Federal a finales de mes para dibujar la hoja de ruta para los comicios y establecer el calendario de primarias para elegir al candidato a La Moncloa, un proceso al que se presentará Sánchez y para el que no se espera oposición.
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