Partidos Políticos
Sánchez-Colau: conexión Zaragoza
El 20 de abril se reunieron en un café de forma secreta y sin dar explicaciones del contenido de su encuentro, a sólo seis días de la última ronda de consultas del Rey
El 20 de abril se reunieron en un café de forma secreta y sin dar explicaciones del contenido de su encuentro, a sólo seis días de la última ronda de consultas del Rey
El 20 de abril fue un día movido. España amaneció con una noticia que sorprendió a todos. La CUP de Manresa proponía que se debatiera en el Ayuntamiento que las jóvenes manresanas tuvieran información sobre higiene sexual, que conocieran las bondades de las copas menstruales y las esponjas marinas, productos que van más allá de «las perversas multinacionales». Ese mismo día, el presidente en funciones, Mariano Rajoy, centraba todos los focos y todos los análisis. Después de tres meses se reunía por primera vez con el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, en La Moncloa.
El 20 de abril, Pedro Sánchez se dirigió al Congreso de los Diputados. Se constituía la Diputación Permanente y el Pleno sustanciaba los últimos debates. El líder socialista había agotado todas las posibilidades de un acuerdo a tres con Podemos y Ciudadanos. Sin embargo, Sánchez no se daba por vencido y aprovechaba los últimos resquicios. Tenía la tarde libre. En su agenda pública no aparecía ninguna cita.
El 20 de abril, Ada Colau tuvo que salir al paso del «tsunami» que se había levantado por su prohibición «por motivos de seguridad» de la retransmisión en pantallas gigantes de los partidos de la Selección española. Ese mismo día, la alcaldesa de Barcelona ultimaba los detalles de su acuerdo con ERC. Ya tenía atado su acuerdo con el PSC dirigido por Jaume Collboni. Se las prometía muy felices porque daba por sentado el apoyo a sus presupuestos también de la CUP. A estas alturas, Colau no sabía que dos días más tarde la CUP le iba a dar calabazas. Empezó su jornada. Reunión con el director de Catalunya Ràdio, visita de obras al Mercado de Sant Antoni –que al paso que van amenazan con batir el récord de la Sagrada Familia–, reunión con Cruz Roja–con el lío de la suspensión del concurso de salvavidas en las playas de la Ciudad Condal que la alcaldesa les pretende arrebatar y, claro, Cruz Roja no se deja– y reunión con equipo de alcaldía. A media tarde, la agenda de la máxima autoridad municipal quedaba despejada.
Para propios y extraños, Colau y Sánchez se iban para su casa. Como mucho, seguirían con interés las ruedas de prensa de Rajoy y Puigdemont. Sin embargo, días antes el secretario general del PSOE había hablado con el líder del PSC barcelonés, Jaume Collboni, y le encargaba que montara un encuentro discreto-secreto con la alcaldesa de Barcelona, con el beneplácito del líder del PSC, Miquel Iceta. Quizás Sánchez tomó esta decisión tras leer un artículo de Colau en «El Periódico de Cataluña» en el que le afeaba su pacto con Ciudadanos. Ejerciendo de maestro de ceremonias, Collboni transmitió el mensaje de su líder a Colau.
Se fijó la fecha y el lugar: Zaragoza. La capital del Ebro, bien conocida por Pedro Sánchez, daba seguridad y discreción. El lugar ideal para tomar un café a media tarde, a tiro de AVE desde Barcelona y Madrid. De lo allí tratado sólo se sabe que «hablaron de actualidad política» y «no entraron en materia –la investidura– porque sólo querían conocerse». La misma cantinela de las reuniones más o menos secretas-discretas mantenidas por Sánchez con Xulio Ferreiro –alcalde de La Coruña–, Joan Ribó –alcalde de Valencia–, Mónica Oltra–vicepresidenta valenciana y líder de Compromís– y Oriol Junqueras –vicepresidente catalán y líder de ERC–. Colau fue la última, seis días antes de la ronda de consultas de Don Felipe. Nada se sabe de la reunión. Tampoco del mensaje que Collboni transmitió de parte de Sánchez a Colau. Quizás fue algo parecido a esto: «Hola, chata ¿cómo estás? ¿Te sorprende que te escriba? Tanto tiempo es normal. Pues estaba aquí solo, me había puesto a recordar, me entró melancolía y te tenía que hablar». Celtas Cortos. «20 de abril del 90».
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