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Sánchez deja la crisis arancelaria en manos de Cuerpo y relega a Montero
El ministro de Economía será quien pilote la interlocución con los grupos parlamentarios y con las autonomías
El Gobierno ha activado el "escudo" contra la embestida arancelaria de Donald Trump, una inyección de 14.100 millones de euros a los sectores potencialmente más afectados. Pedro Sánchez creó ya el miércoles una suerte de "comité de crisis" en Moncloa para pilotar la guerra comercial integrado por la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz; el ministro de Industria y Turismo, Jordi Hereu; el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas; y el ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo.
Especialmente relevante resultó que del mismo se excluyera en un inicio a la vicepresidenta primera del Gobierno, María Jesús Montero, que finalmente acabó asistiendo, junto al titular de Exteriores, José Manuel Albares, a la reunión con los agentes sociales (CEOE, Cepyme, CCOO y UGT) que se celebró ayer por la tarde en Moncloa. En esta ocasión, Sánchez ha preferido que sea su ministro de Economía, Carlos Cuerpo quien pilote la crisis.
Además de la citada constitución de la mesa de diálogo social para dar seguimiento a los sectores afectados, Cuerpo, convocará "inmediatamente" una conferencia sectorial de comercio para trabajar con los consejeros del ramo durante todo el conflicto y también se encargará de realizar una ronda de contactos con los grupos parlamentarios para compartir y dar cuenta de las distintas medidas. Además, Cuerpo también comparecerá en el Congreso de los Diputados para dar cuenta de este plan ante las Cortes.
La relevancia de Cuerpo contrasta con la desaparición de Montero, a vicepresidenta económica, que, tras su última polémica ha quedado muy tocada a nivel interno. Su ataque a la presunción de inocencia, pilar fundamental del Estado de Derecho, generó un profundo malestar interno y se le exigió una rectificación que tardó horas en llegar, tras sus resistencias iniciales. Además, la vicepresidenta primera perdió la batalla del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) con Yolanda Díaz, porque el presidente la obligó a moverse de su negativa a la tributación.
Tal como publicó este diario, el perfil de Montero está cada vez más cuestionado y sufre evidentes síntomas de desgaste. La "mujer para todo" del presidente concentra un poder casi omnímodo: vicepresidenta primera del Gobierno, ministra de Hacienda, vicesecretaria general del PSOE, secretaria general del socialismo andaluz y candidata a la Junta de Andalucía en las próximas elecciones. Hay quienes, de manera interna, advierten ya que tiene "demasiados frentes abiertos" y esto comienza a pasarle factura.
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