Sánchez mantendrá el «no»...

«Nada ha cambiado». Pedro Sánchez volverá a reunirse con Mariano Rajoy el próximo martes en el Congreso, en la segunda ronda de contactos que iniciará el presidente en funciones, ahora con el mandato del Rey para formar Gobierno. Sin embargo, este nuevo estatus de candidato de Rajoy no hace variar un ápice la posición que defenderá el PSOE ante su investidura, respecto a la que le trasladó hace dos semanas. «El ‘‘no’’ sigue siendo el mismo», dicen fuentes del entorno del secretario general, que invitan al PP a mirar hacia sus «afines ideológicos». Incluso después de que el Parlament haya iniciado el proceso de desconexión, en Ferraz consideran que «la derecha catalana y la madrileña» deben «tender puentes» para el entendimiento. El líder socialista trasladará a Rajoy que el acuerdo con C’s, Convergència y PNV para la Mesa del Congreso es «la senda que debe transitar para llegar a ser presidente».

Sánchez y Rajoy iniciaron ayer un primer acercamiento para fijar la fecha del encuentro. En una comunicación telefónica, el líder socialista ya le explicitó al candidato popular su obligación de presentarse a la investidura por «responsabilidad constitucional». Este requerimiento también se lo reiterará personalmente el martes, según señalan fuentes del PSOE. Sánchez cree que el líder del PP «no puede jugar al escondite» y recalcará que no tiene otra «opción» que acudir al Congreso para solicitar la confianza de la Cámara.

A priori, desde el entorno del líder del PSOE, se descarta que cualquier oferta que Rajoy pueda trasladarle haga cambiar su negativa. «No podemos apoyar lo que queremos cambiar», señalan, parafraseando el argumento que Sánchez esgrimió ante el Rey para defender su veto al PP. Menos aún si se trata de un «copia y pega» del programa electoral del partido, como definen los socialistas el documento que desde Génova se les remitió como base para llegar a futuros acuerdos. Sin embargo, otros sectores del partido creen que si Rajoy consigue el «sí» de Ciudadanos y Coalición Canaria; esto es, 170 diputados; el PSOE debería reconsiderar su negativa y virar hacia la abstención. Pero hasta que ese movimiento se produzca, también son conscientes de que no existe margen de maniobra posible.